­La huelga parcial que están llevando a cabo los examinadores de tráfico desde el 14 de septiembre ha dejado ya a 2.400 malagueños sin poder hacer el examen para obtener el carné de conducir, lo que supone una media de 120 diarios aplazados. Ayer, representantes de la Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra), del sindicato CSIF y de la CGT se concentraron a las puertas de la Jefatura Provincial de Tráfico para pedir un acuerdo que ponga fin a los paros parciales. Uso también participa en la convocatoria de huelga.

Fuentes del sector explican que la Dirección General de Tráfico (DGT) «no quiere negociar nada», y aclaran que el periodo de espera desde que una autoescuela presenta a un alumno al examen hasta que efectivamente se realiza la prueba ha pasado en Málaga de estar por encima de un mes a rozar los dos meses ya por esta situación.

Los examinadores luchan por que se les permita dar el resultado del examen de tráfico al alumno en diferido, es decir, que se haga por carta, por ejemplo, ya que hacerlo en el coche ha provocado que algunos de ellos sean agredidos por los examinados. También piden que se adecue el complemento específico para el puesto y que se reduzca el número de test por examinador. Hasta ahora, casi la totalidad de los profesionales afectados en la provincia, 22, están secundando los paros parciales, que van desde las 12.30 hasta las 15.30 horas de los días hábiles, por lo que la ausencia de exámenes en ese periodo está creando una bolsa de malagueños que no pueden probar suerte en la prueba.

Las mismas fuentes anteriormente citadas indicaron que «a Marbella llevamos tres semanas sin ir, y a Ronda más de un mes. Además, las autoescuelas no están planificando ahora clases, porque muchos de los alumnos no se quieren examinar por lo que ocurre».

CSIF envió ayer una nota en la que aseguraba que más de medio centenar de personas se concentraron a las puertas de la DGT provincial, amén de cincuenta coches de distintas autoescuelas que formaron una caravana en la zona. La central exigió diálogo a la DGT.

Esta central sindical subraya el elevado seguimiento que han registrado hasta ahora los paros diarios de tres horas convocados desde el pasado 14 de septiembre a nivel nacional, que en Málaga alcanza el 60% entre el conjunto de la plantilla y el 100% entre el colectivo de examinadores. Ante la postura «inmovilista» de la Administración, CSIF recuerda que hay convocada una huelga para el 21 de octubre. En conjunto, cerca de 2.000 trabajadores de la DGT están convocados a los paros a nivel nacional, 65 de ellos en la provincia de Málaga, de los que alrededor de la mitad son examinadores de Tráfico. El colectivo reivindica, entre otras cuestiones, una nueva RPT que contemple la actualización de los puestos específicos especializados; el respeto de los preceptivos descansos y un entorno laboral seguro que evite agresiones, sobre todo, en el caso de los examinadores; y un incremento de personal para paliar la pérdida acumulada de efectivos.

De momento, las posturas siguen enconadas. El secretario general de la DGT, Cristóbal Cremades, dejó clara ayer la disposición de la institución a negociar con los representantes de los examinadores, y recordó que aún no han respondido a las propuestas planteadas en la primera toma de contacto entre las partes, que se celebró en Madrid el 22 de septiembre, para evitar más agresiones de los alumnos suspendidos. De cualquier forma, se ha planteado una huelga total de 24 horas el 21 de octubre y una concentración frente a la sede central de tráfico.

«Los sindicatos han dado la callada por respuesta», se quejó Cremades, e insistió en que ya se les ha propuesto determinar lugares seguros en cada jefatura para dar los resultados y poner en marcha actuaciones excepcionales cuando se tengan indicios o sospechas de riesgo para los examinadores.

Condena de las agresiones. Cremades condenó las agresiones -8 en 2014 y 15 en 2015- y recordó que desde 2010 existe un protocolo de actuación por este tema, y que la DGT insta al fiscal para que acuse, lo que ha propiciado ya la existencia de varias condenas. Es más, negó que el protocolo exija dar el resultado al alumno dentro del coche, sino que se debe dar a conocer fuera del vehículo y en presencia del profesor. Además, Tráfico se ha reunido con la Confederación de Autoescuelas para que los profesores avisen si alguno de los alumnos se muestra agresivo. Eso sí, recalcó que hay muy pocas agresiones en relación a los dos millones de pruebas anuales.

Tráfico ya ha enviado a Hacienda, en concreto el 10 de julio, una propuesta de incremento de retribuciones, sin respuesta aún.

La otra pata del banco es la de las autoescuelas. La confederación nacional que las agrupa (CNAE) hizo ayer un llamamiento para que negocien y resuelvan «el caos».