Cuarenta años después de la muerte del dictador Francisco Franco, Málaga capital aún conserva un buen número de recordatorios, en forma de placas, estatuas, edificios o nombres de calles que perpetuán la impronta de esos años. El franquismo, como tantas otras dictaduras, llenó las ciudades con una iconografía de símbolos que abarcó desde iglesias, jardines, colegios y escuelas, barriadas y hospitales.

En 2007 se aprobó la Ley de la Memoria Histórica, que en su artículo 15 insta a las administraciones públicas a tomar las medidas oportunas para la retirada, en el ámbito de sus competencias, de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura.

Hace apenas unos días, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó el proyecto de Ley de Memoria Democrática de Andalucía, que en relación con los símbolos fija un plazo de 18 meses para la retirada de escudos, placas y nombres de calles, plazas y avenidas que todavía exaltan el golpe de 1936 y el franquismo, al tiempo que se faculta a la Administración autonómica para llevar a cabo esta medida subsidiariamente.

En Málaga capital han sido numerosas las mociones aprobadas a lo largo de estos años acordando la retirada de la simbología del régimen dictatorial.

Hasta ahora el trabajo realizado en cumplimiento de esas leyes para eliminar los vestigios franquistas en la capital ha sido escaso y a cuentagotas.

En Málaga, según el PSOE, existen todavía más de 100 nombres relacionados con el franquismo que aún quedan en espacios públicos de la ciudad. Los socialistas quieren que se acaba de una vez con ello. La portavoz municipal, María Gámez, acompañada del presidente de la Asociación de Memoria Histórica en Málaga, José Sánchez, anunció ayer una moción por la que exigen al equipo de gobierno del PP que proceda a la retirada del centenar de nombres relacionados con el franquismo que aún quedan en espacios públicos de la ciudad, así como la aplicación del acuerdo plenario de 2014 por el que se comprometió a colocar placas de reconocimiento en aquellas infraestructuras construidas por mano de obra esclava de presos republicanos.

Además, los socialistas han exigido la anulación efectiva, antes de un año, de todos los acuerdos municipales y la retirada de las distinciones a Francisco Franco y a otros dirigentes o entidades directamente vinculadas con el golpe de estado y la dictadura. Hace tres años el pleno aprobó revocar el nombramiento de Franco como alcalde de honor de 1943, pero tal aprobación no se ha llevado a efecto, de ahí que el PSOE reclame su cumplimiento.

Una simbología franquista viva. «Este alcalde y este equipo de gobierno tienen que demostrar con hechos que somos una ciudad a favor de los valores democráticos y dejar de perpetuar en el tiempo valores propios del franquismo, que es lo que justamente hace cuando no hace nada por eliminar la nomenclatura y los símbolos franquistas en nuestras calles y plazas», recalcó en su intervención Gámez.

Es verdad que se han eliminado algunos nombres y símbolos como el de Carlos Haya, que daba nombre al Hospital Regional; también se han eliminado buena parte de los nombres de generales franquistas que adornaban las calles de la barriada de Gamarra.

Pero aún persisten calles, placas, bustos y emblemas del franquismo en toda la ciudad. Ahí está la cruz de los caídos en el patio de Los Naranjos de la Catedral; la placa que anuncia la barriada de Girón, con el yugo y las flechas; un monumento a los mártires franquistas en la carretera de Olías o las placas que anuncian los nombres de las barriadas Nuestra Señora de la Victoria (Haza de Cuevas), de Virgen del Carmen o el ominoso escudo franquista que se mantiene en la fachada del colegio público Jose María Hinojosa.

Haza de Cuevas: Todas sus calles llevan nombres franquistas. Hay una pequeña barriada en pleno Centro por la que el tiempo no ha pasado. Se llama Haza de Cuevas o Nuestra Señora de la Victoria; entre las calles Hilera e Ingeniero de la Torre Acosta. Allí todos los nombres de sus 22 calles recuerdan aún a militares del bando franquista o a ilustres falangistas de entonces. Como los alféreces Huelin Vallejo, Luis Escassi, o García Valdecasas o el capitán Muñoz Lozano.