La Inspección de Trabajo en Málaga viene realizando desde hace varios años una campaña especial de control en el ámbito de la hostelería para combatir la incidencia de la economía sumergida, un fenómeno que según los sindicatos se ha venido acrecentado con motivo de la crisis económica. Trabajadores que no están datos de alta en la Seguridad Social o empleados a tiempo parcial que echan muchas más horas de las que se refleja su contrato son algunos de los hechos más frecuentes detectados por los inspectores en los bares, restaurantes, chiringuitos o discotecas de la provincia. En este 2015, y cerrada en septiembre la temporada alta de verano, el balance es de más de 1.450 inspecciones que se han saldado con 541 infracciones detectadas en diferentes empresas (un 15% más que en la campaña de 2014) y unas propuestas de sanción que ascienden a 2,5 millones de euros (un 22% más), según apunta el jefe de la Inspección en Málaga, Alfonso Conejo. Los controles han permitido regularizar también la situación de 661 trabajadores que, o bien desarrollaban sus tareas sin estar dados de alta en la Seguridad Social o echaban un 50% más de horas de las que estipulaba su contrato. La cifra de empleo «aflorado», como se conoce a estos casos, sí es casi similar a la detectada el pasado año.

La campaña ha posibilitado además una recaudación inducida de otros 700.000 euros para la Seguridad Social, correspondientes a bases de cotización no satisfechas, diferencias relativas a convenios colectivos o prestaciones de desempleo recuperadas para las arcas del Estado. Y es que se da el caso de que en 108 ocasiones, el trabajador que estaba sin contrato se encontraba además cobrando el paro, según ha detectado la Inspección.

Conejo recuerda que la labor de los inspectores se desarrolla a lo largo del año, pero afirma que en el ámbito de la hostelería suelen incrementar el número visitas entre marzo y finales de verano, en paralelo con el desarrollo de la temporada turística. Entre los meses de mayo y junio se realiza, además, un campaña específica con controles sorpresa en el segmento de bodas, bautizos y comuniones, a sabiendas de que son eventos donde las empresas tiran mucho de la figura del trabajador extra (un refuerzo puntual de plantilla) sin recurrir a veces al contrato. En el mes de agosto, en cambio, las inspecciones se vuelcan con las distintas ferias que se celebran en la provincia, en especial en la de Málaga capital, para evitar la economía sumergida en las casetas o bares.

«Los controles se realizan por toda la Costa del Sol, incluso en horario nocturno cuando se trata de locales con esos horarios. Las infracciones más frecuentes son las de personas sin alta o trabajadores que, teniendo por ejemplo un contrato de diez horas a la semana, están echando más de 40 horas. Llegamos a los negocios por sorpresa y pedimos los horarios de trabajo y los cuadrantes de los empleados», señala el responsable de la Inspección.

En el caso de los trabajadores sin contrato, la sanción mínima a la que se enfrenta las empresas infractoras es de 3.126 euros por cada persona en esta situación irregular, con recargos que comienzan en el 20% a medida que sube el número de afectados. Y si además estas personas cobraban el desempleo, la empresa que los cobija se enfrenta a una sanción de carácter muy grave y un multa añadida de otros 10.000 euros por individuo (también con recargos). Según la normativa, en estos casos no hay sanción para el trabajador por cobrar el paro indebidamente aunque sí se le corta automáticamente el derecho a la prestación que estaba recibiendo. Además, la Seguridad Social apunta lo que esa persona ha cobrado de forma indebida como deuda a recuperar en un futuro, descontándolo de futuras prestaciones.

El responsable de la Inspección apunta que las 1.450 inspecciones de este año elevan en un 3% las realizadas en la campaña de 2014 aunque reconoce que su tarea se ve limitada por los medios humanos disponibles en este departamento. En Málaga hay 23 inspectores y 27 subinspectores pero Conejo admite que «harían falta bastantes más» para peinar debidamente la realidad laboral de la provincia. Esta impresión es compartida por los sindicatos CCOO y UGT, que reclaman al Gobierno más personal.

Bolsas de fraude laboral

El responsable nacional de Turismo de CCOO, Gonzalo Fuentes, valora el trabajo de la Inspección pero asegura que los resultados son sólo «una muestra pequeña» de la economía sumergida que impera en la Costa del Sol. «Vivimos en este 2015 el mejor año turístico de la historia, con nuevos crecimientos de la actividad del 5%, pero el empleo sólo está subiendo la mitad», recuerda.

El sindicato asegura que una de las grandes bolsas de fraude se concentra en la figura del extra: trabajadores que son llamados puntualmente por el empresario para cubrir un evento concreto -por ejemplo una boda o un cocktail-. Fuentes calcula que durante el verano suele haber una media de casi 4.000 extras en bares, restaurantes, discotecas o chiringuitos de Málaga. Pero hay días puntuales de alta demanda donde esta cifra incluso se duplica. La inmensa mayoría de este colectivo trabaja sin contrato y el empresario suele pagarles en mano al final de la jornada entre 30 y 50 euros. CCOO denuncia esta «competencia desleal» y afirma que, amparados en esta práctica, muchos empresarios no refuerzan sus plantillas.

El otro gran problema es el uso fraudulento de los contratos a tiempo parcial. Una media de casi 65.000 personas trabaja en el sector de la hostelería de Málaga durante el verano aunque una gran parte no lo hace a jornada completa sino por horas. Sin embargo, a la hora de la verdad estas personas echan el día entero, con horarios a veces maratonianos. «Estamos cansados de ver a trabajadores con contratos de dos horas al día que están en realidad diez. Pero no denuncian por miedo a que los echen», lamenta. La secretaria general de UGT, Auxiliadora Jiménez, recordaba esta semana que los contratos a tiempo parcial, «en muchas ocasiones lo único que tienen de parcial es el salario, porque el tiempo de trabajo es más que completo».

La Inspección de Trabajo explica que, legalmente, los empresarios deberían consignar día a día el horario de entrada y salida de estas personas en lo que se denomina el «registro laboral», por si le es requerido durante la visita de un inspector. Sin embargo, los sindicatos afirman que muchos no secundan esta práctica, lo que deja al trabajador desprotegido. Otra irregularidad denunciada por CCOO es que el 90% de estas personas suelen descansar sólo un día a la semana cuando lo legal son dos.