Con una máscara de naturalidad, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, recibió ayer la «bofetada» política que supuso ser reprobado por la mayoría del pleno. Por primera vez en sus quince años en el cargo, el alcalde fue reprobado gracias a la alianza de todos los votos de la oposición (18 votos frente a los 13 del PP), que mostró de esa forma en bloque su repulsa a la fórmula empleada por el alcalde para elegir al nuevo gerente de la empresa de aparcamientos (Smassa), el exconcejal de Movilidad Raúl López, «a sabiendas de que contaba con el rechazo de todos los grupos de la oposición», tal como le recalcó la portavoz del PSOE, María Gámez, que fue la que defendió ante el pleno la propuesta de reprobación.

La reprobación política no tiene efectos directos sobre el puesto, pero supone un gesto político de censura y una seria advertencia que, tal como le recordó al alcalde la portavoz del PSOE, «esperamos que le haga reflexionar». Gámez le recordó a De la Torre que el nombramiento de Raúl López como gerente de Smassa «tiene motivaciones políticas» y no responde a cuestiones técnicas, pues «usted quiere un gerente que responda a lo que usted le interesa y a sus criterios políticos y no a los de la empresa, un gerente que pueda hacer lo que le pida el PP».

Oposición unida. El alcalde no quiso dejar en manos de ningún concejal su defensa y la ejerció él mismo; lo hizo rechazando la reprobación y explicando que, aunque sabe que es alcalde gracias al acuerdo con otro partido, a partir de ahí «actúo bajo el principio de que la ciudad funcione» y aseguró que «en este caso, hemos hecho las cosas como se deben de hacer». De la Torre explicó que su acuerdo con los socios privados de Smassa para nombrar a Raúl López responde a la «división» que hay en la oposición, ya que unos defienden que el gerente se nombre a partir de un concurso de méritos y otros a partir de un consenso entre todos, «lo que ha hecho imposible el acuerdo».

En su turno de réplica, Gámez le reiteró que «a ver si se entera que hay cuatro grupos de la oposición, que conformamos la mayoría de la corporación, a los que no nos ha gustado lo que usted ha hecho para nombrar a su gerente de Smassa» y le recordó que aunque los grupos de la oposición es verdad que tienen diferencias sobre la fórmula para elegir a los gerentes de las empresas públicas, en cambio «tenemos acuerdo total en reprocharle que usted siga haciendo lo que quiera sin tener en cuenta lo que dice la mayoría».

En la discusión generada, el portavoz de Ciudadanos, Juan Cassá, afirmó que su grupo aboga «por un concurso cada vez que haya una vacante en una empresa municipal. Apoyamos la reprobación al alcalde. Pero la democracia también está en los consejos de administración y si se votó un dedazo, lo respetamos».

El portavoz de IU, Eduardo Zorrilla, apoyó sin paliativos la reprobación del alcalde, pero en relación al nombramiento del gerente de Smassa explicó que la posición de su grupo no es la de un concurso público sino la de que se abriese una oferta pública con unos requisitos mínimos y que entre los candidatos que superen esos requisitos se eligiese, por consenso de los grupos, al más apto.

La portavoz de Málaga Ahora, Ysabel Torralbo, señaló que «se ha colocado a una persona que destaca por un perfil político y no técnico. Nosotros nos oponemos. Vamos a aprobar la reprobación al alcalde por ello».

Los otros dos puntos no salieron. La moción socialista contaba con otros dos puntos que fueron rechazados al contar con el voto contrario o la abstención del resto de grupos de la oposición, además del PP.

En esos dos puntos el PSOE instaba al alcalde a que revocase el nombramiento de Raúl López como gerente de Smassa y en tercer lugar a que procediese, en consenso con todos los grupos, a convocar un concurso de méritos para seleccionar a un nuevo gerente de la empresa de aparcamientos.

La postura contraria o abstencionista de los grupos tenía que ver con sus dudas respecto a la «eficacia legal» de aprobar dichas medidas, ya que suponen «interferir» en las decisiones del consejo de administración de una empresa pública, lo que no parece que sea competencia del pleno municipal.