­«Algo muy grande nació dentro de mí, tan pequeño y con tantas ganas de vivir, ganas de salir, de reír, de sentir, el latido del corazón que me calma a mí» canta El Chico, un rapero malagueño al que hace siete meses le cambió la vida. Ahora, canta a la vida un hit con el que quiere dar la vuelta al mundo: hay que donar médula porque eso es regalar vida.

En primavera nació su hijo Abel, que llenó su casa de alegría y llegó para dar a todos una lección que no es fácil aprender: la vida pone las cosas difíciles a los luchadores, a quiénes saben como enfrentarse a la cara más amarga de la existencia. Cuando el pequeño contaba con apenas cinco meses, le diagnosticaron una inmunodeficiencia congénita combinada severa por déficit de adenosina deaminasa (ADA). Una enfermedad considerada rara de la que sólo se han cuantificado 150 casos en el mundo, diez de ellos en España. Apenas contaba con 18 días de vida cuando se puso enfermo por primera vez, pero no fue hasta el pasado agosto cuando supieron qué le pasaba al bebé. Un análisis de sangre evidenció que tenía los niveles de linfocitos muy bajos, es decir, que su cuerpo no producía las defensas necesarias para hacer frente a los virus o bacterias ambientales.

Por eso, su padre, Francisco Sánchez, decidió poner voz a lo que sentía. Rapero de vocación y cocinero de profesión, un día se decidió a escribir de su puño y letra lo que él y su familia estaban padeciendo. Entonces nació «Sangre de mi sangre».

«Escribirla me ha aliviado, me ha servido de desahogo, ponerle letra a lo que sentía», cuenta este joven que a veces no le ve sentido a la vida, a la que cuestiona por ponérselo tan difícil a los más indefensos: los niños.

Para la producción y grabación del hit ha contado con la colaboración de Kattman, un conocido hiphopero que participa en los estribillos del tema, en la que él canta el resto de la letra. «Lo más difícil fue grabarla, había que parar porque me echaba a llorar», recuerda El Chico, que reconoce que en su casa no son capaces de escucharlo sin que se les escape una lágrima.

El Chico ya lleva cantando varios años y, evidentemente, este hit ha sido el más difícil y emotivo de todos. Aunque cada uno de los que ha escrito tienen un sentido, la mayoría de ellos reivindicativos, reconoce que «Sangre de mi sangre» es el más especial de todos, porque está dedicado a la persona que, como dice en su rap, le ayuda a vivir.

«Desde el momento en que Carmen se quedó embarazada pensé en hacerle una canción a mi hijo, lo haría cualquier padre artista», reconoce Francisco, que admite que nunca imaginó que fuese a tener una letra tan dura. «Siempre piensas en algo positivo, pero espero en el futuro hacer otra que sea positiva», cuenta.

Además de ponerle música a sus sentimientos y ordenar sus pensamientos, El Chico espera concienciar con esta canción, que anima a donar médula. «Creo que si no conciencia por lo menos despierta algo al que la oye», destaca el padre de Abel, que espera que pronto aparezca una médula para su hijo, que hace ya unas semanas que está en casa, cogiendo fuerzas para el trasplante.

Los médicos no les han dado plazo pero, de no encontrar ninguno en el banco mundial, deberán recurrir a los padres, que tras los análisis pertinentes no son los más adecuados y existe menos probabilidad de éxito además de tener más efectos secundarios. Es decir, Francisco y Carmen son su segunda oportunidad, pero ellos no quieren un plan B para Abel, por eso El Chico pide con el flow de sus versos que todo el mundo se anime a regalar vida.

«Con nacer del amor y venir a este mundo que te hace sufrir, que te hace sufrir, entre la vida y la muerte hay una línea fina, ¿es a cuento de qué que te falta una enzima? Vivo pensando que al filo caminas pero siento por dentro que aquí no termina, anima mis días», canta El Chico en el vídeo, que se puede ver y oír en Youtube.

Dentro de unos meses espera poder cantar esta canción en público. Quiere organizar un evento con el que concienciar a la población, y le gustaría que allí mismo, en el auditorio que sea, la gente pueda hacerse la prueba para la donación de médula ósea. Consciente de que necesitan numerosos permisos, espera poder conseguirlo con ayuda de las instituciones, amigos y asociaciones de pacientes. «Queremos tocar el corazón de las personas», concluye.