­El temporal no sólo vuelve a desnudar las playas de la capital. La erosión deja al descubierto la incapacidad de la Administración para dar soluciones a largo plazo al litoral. Como si la Costa del Sol pudiera permitirse perder sus playas varias veces al año con el único propósito de que el Gobierno de turno rescate proyectos que envejecen sin cumplirse. Tras el duro levante del pasado domingo, toca recordar la ampliación del paseo marítimo de la capital «prevista para 2016» o la licitación «a comienzos del próximo año» de un espigón para preservar los Baños del Carmen, proyecto gestado en 2010 y que anunció ayer el subdelegado del Gobierno en Málaga, Miguel Briones, a pesar de que la última promesa hablaba de iniciar las obras este mismo otoño, la misma fecha elegida para la rehabilitación de los maltrechos espigones de Pedregalejo que a día de hoy siguen sin tocar.

Ahora, con el temporal de moda y las elecciones a tiro, la diputada del PP Celia Villalobos presumió ayer de que estas obras, reclamadas por los vecinos desde hace muchos años, comenzarán a principios del próximo mes de diciembre junto a las de Ferrara (Nerja ) con el objetivo de «proteger estas zonas de futuros temporales». Queda pendiente también la solución definitiva para la playa de Guadalmar, de nuevo muy afectada por el levante a pesar de que existe un proyecto que podría disminuir los problemas que se repiten todos los años. Así lo adelantó el lunes a la Cadena Ser el jefe de la Demarcación de Costas, Ángel González, quien, sin dar fechas, matizó que queda por decidir si esta actuación consistirá «en reforzar las escolleras existentes o retranquear el paseo marítimo, crear una playa y alargar los espigones».

Durante su intervención en la radio, González advirtió de que las partidas presupuestarias suelen estar vinculadas a la regeneración de playas y espigones afectados por el temporal más que a los chiringuitos, aunque el subdelegado, no descartó «la posibilidad de una ayuda que palie los daños materiales producidos» en algunos establecimientos.

Briones, en todo caso, recordó que Costas advirtió de los riesgos que conllevaba instalar negocios de hostelería en la zona de Guadalmar por su proximidad a la lámina de agua, donde un chiringuito sufrió importantes daños materiales. Sobre este asunto se pronunció el presidente de los empresarios andaluces de playas, Norberto del Castillo, quien dijo que la solución a las inundaciones de este fin de semana no pasa por cambiar de lugar los establecimientos, sino por «reforzar las playas».

En contraposición al consejo de Demarcación de Costas sobre alejar los chiringuitos para evitar anegaciones, Del Castillo insiste en que «no pueden estar en otro lugar» que no sea ese, ya que perderían clientes. «Hay que reforzar las playas y reivindicar el uso de escolleras como ocurre en la zona de Estepona», afirmó, antes de añadir que la pérdida de arena en las playas «se producirá siempre» porque «la estructura marítima ha cambiado en estos años», por lo que el cambio de lugar de los chiringuitos no sería una solución.

En cuanto a la evolución de daños, Del Castillo señaló los sufridos por hamacas y sombrillas, aunque el proceso para contabilizar los desperfectos «será lento». Tampoco calculó una cifra económica de daños, pero sí afirmó que los Baños del Carmen y Huelin fueron las zonas más afectadas. Desde Costas, sin embargo, no se olvidan de los daños que han sufrido puntos del litoral en Marbella, Estepona, Benalmádena y la Axarquía.