«Todos sabemos lo que hizo por el mar y la jábega de Málaga, pero ese reconocimiento y nuestro amor por su talante y su talento necesitaban algo más». Silvia Campos, coordinadora de la Asociación de Remo Tradicional (ART), es el espolón de la iniciativa que ha permitido que Pepe Almoguera dé nombre a una plaza en el mismo rebalaje de Pedregalejo donde se curtió su madera de leyenda.

La Comisión de Calles del Ayuntamiento de Málaga, que también dedicará una calle a su padre, Julián, aprobó el jueves la petición que Silvia tramitó apenas dos meses después de que Almoguera falleciera el 7 de abril de 2014. «Me presenté en la oficina del distrito y me dijeron que no iba a ser muy difícil que se la otorgaran por el peso que Pepe sigue teniendo en el barrio, pero aun así nos pusimos a buscar firmas que respaldaran la petición», recuerda la promotora. El apoyo fue total desde Pedregalejo hasta El Palo, donde la iniciativa ha llegado a sumar cerca de 2.000 rúbricas, tanto en papel como a través de la plataforma digital Change.org. Incluidas la del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; el presidente de la Diputación de Málaga, Elías Bendodo; o la exconcejal del Distrito Este Carmen Casero. Una de las más sentidas es la firma de Moni Reyes, viuda de Almoguera y encargada de reunir más de 400 nombres de puerta en puerta, en bares, mercados y asociaciones de vecinos. «Estamos muy contentos, su generosidad merecía el esfuerzo. Aquí todo el mundo tiene algo de Pepe y es de justicia que él tenga algo de su barrio, de su ciudad», dice muy emocionada.

La actual directora de Distrito, Almudena Ramos, también estampó su autógrafo: «Todos lo consideramos un pionero que consiguió elevar la jábega a lo más alto, es justo valorar una figura tan representativa en el barrio». Ramos, que calcula que la placa podría descubrirse a principios de año, reconoce que ha sido mucho más fácil aprobar la medida que buscarle la plaza, ya que se trata de un distrito muy consolidado en el que se crean muy pocas calles. A esta dificultad se añadió la búsqueda de un espacio que mirara al mar, como siempre hizo Pepe y como seguirá haciendo a partir de ahora su nombre.

Las opciones pasaron primero por el entorno de la desembocadura del arroyo Jaboneros y el corazón de Las Acacias, donde vivió y trabajó, pero la existencia de nombres previos ha llevado hasta la placita que da acceso a Astilleros Nereo a través de la calle Varadero, dos nombres muy vinculados a la familia Almoguera. «Su padre trabajó allí muchos años construyendo jábegas», apunta Agustín Montañez, sucesor de Pepe en la presidencia de la ART y heredero del bolso que durante años llevó consigo su compañero con las cartas de las barcas, el GPS o los prismáticos. En la carpintería de Nereo también se forjaron en 1970 los portaaviones, las dos primeras tablas de surf fabricadas en Málaga por los trabajadores del astillero gracias al empeño de un jovencísimo Almoguera, considerado el padre de este deporte en Málaga y en el resto del mediterráneo español.