Luis Ruiz Padrón presentó ayer en el Salón de los Espejos su libro La Casa Consistorial de Málaga. Retrato de un edificio, una obra que está compuesta por dibujos que nos acercan al emblemático edificio neobarroco que es el Ayuntamiento malagueño, un lugar lleno de vida en cuyas paredes, vidrieras, estancias y detalles ornamentales está escrita la historia que pasa inadvertida delante de nosotros.

Luis Ruiz Padrón, arquitecto de profesión y colaborador de este periódico, cuenta que «el Ayuntamiento es un edificio que mezcla pasado y presente. Tiene mucho uso, la gente circula con rapidez por los pasillos y sin embargo la historia esta ahí mirando desde las paredes». El autor ha plasmado con sus dibujos diversas estancias y detalles, desde el frontón que existe sobre la entrada y que tiene un conjunto de figuras alegóricas, los frisos que hay bajo las ventanas que simbolizan la navegación, las industrias y las artes liberales hasta la firma de un convenio en el Salón de los espejos. «El libro me ha servido para mirar con más atención y descubrir todas esas cosas que en principio están a la la vista de todo el mundo y sin embargo no nos detenemos en ellas», manifiesta el autor.

Ruiz Padrón destaca las claves del edificio, como los pináculos que hay en la parte más alta y nadie puede apreciar, o a ambos lados de la torre del reloj donde se observan unos remates de figuras de macedo con los escudos de las distintas regiones españolas de entonces. Por ello, ha querido plasmar esta parte del libro en la portada. La azotea también está representada con vistas a la Alcazaba, «una de las cosas a las que quizá el público tiene menos posibilidades de acceder, algo muy interesante, donde las torres del edificio neobarroco enmarcan la vista de la Alcazaba, una imagen muy bonita y bastante desconocida», afirmaba el autor. También destaca su fascinación por las cubiertas del edificio, con multitud de cúpulas, torrecillas y pináculos de agujas.

En el libro se resaltan aspectos arquitectócnicos, detalles ornamentales, la propia vida del edificio, desde que se entra y se ve la escalinata, el vestíbulo donde está el control de la entrada, también un dibujo en el que se muestra la galería de los alcaldes, un salón de plenos, con todos los integrantes concejales y la firma de un convenio en el Salón de los espejos. La escalera tiene unas lámparas que son una especie de figuras místicas de dragones. Los retratos se tomaron durante seis semanas de la primavera del presente año y el libro es una representación fiel de las páginas de ese cuaderno. «La intención no es sólo la de mostrar el edificio como una piedra muerta sino como algo que tiene una vida muy intensa y es una simbolización del poder sobre el alma, la escenificación de la representación de los ciudadanos», explica Ruiz Padrón. «Ha sido un privilegio representar una faceta tan importante de mi ciudad».

El arquitecto quiso agradecer la confianza que el Ayuntamiento de Málaga ha depositado en él y el cuidado que se ha puesto por parte de la editorial Loving Books en el diseño y la maquetación de esta edición, que además es bilingüe y cuyo prólogo ha sido escrito por el periodista de La Opinión Alfonso Vázquez.