La Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga hablan idiomas distintos. Utilizan palabras iguales, pero no encajan los mensajes. Ni cuando se supone que están de acuerdo. El caso del metro es paradigmático, ya que la falta de sintonía ha sido total entre las dos administraciones, incluso estando de acuerdo. Ni siquiera firmando un documento para llevar el metro en superficie hasta el Hospital Civil se asegura su ejecución y apoyo municipal.

La firma del acuerdo de noviembre de 2013 no ha evitado que el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, haya puesto impedimentos, quejas y dudas a su compromiso desde el principio. Por eso no extrañan las piruetas lingüísticas para afirmar su apoyo formal al tranvía al Hospital Civil mientras alimenta la oposición vecinal. Es más, preocupan.

El delegado del Gobierno andaluz en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, a la espera de celebrar la Comisión Mixta de Seguimiento del Metro el día 23 con el Ayuntamiento, y convocada de urgencia, advierte de que cualquier planteamiento diferente a lo recogido en el protocolo de intenciones «perjudicaría el proyecto, alteraría las obras hasta la Alameda y pondría en peligro la inversión y la continuidad de la explotación». Precisamente, considera que poniendo en peligro esa viabilidad «se podría caer en una irresponsabilidad».

Ruiz Espejo apuesta por el «diálogo, la responsabilidad y el cumplimiento de los acuerdos» y espera que en la próxima comisión «el Ayuntamiento clarifique su postura y retome el acuerdo en el que por consenso se realizó la propuesta de prolongar la línea 2».

También dejó claro que no caben interpretaciones del protocolo de intenciones, en el que se acordaba «defender el trazado y exponerlo de forma conjunta para intentar consensuarlo lo máximo posible». Además, aclaró que «en una infraestructura la unanimidad difícilmente se puede alcanzar porque siempre vamos a encontrar un escollo, pero hay que poner el interés general de la ciudad por encima de cualquier interés particular».

Escuchar a los vecinos. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, insistió ayer en que la posición del Ayuntamiento sobre el tranvía «es la misma hoy que ayer que en noviembre de 2013», al tiempo que recalcó que la Junta de Andalucía «no puede hacer oídos sordos» a la opinión vecinal.

Considera que la financiación del Banco Europeo de Inversiones (BEI) no está en riesgo y apunta que «los vecinos no dicen que se haga soterrado ahora, sino que no se haga en superficie, y, en todo caso, que se hiciera cuando se pudiera, pero soterrado».

En este punto, afirmó que con los 40 millones de euros del proyecto «caben muchas alternativas que compensen los posibles viajeros que se pretendían captar» con ese trazado; como prolongar más la parte soterrada de la Alameda Principal.

«Es cuestión de verlo técnica y económicamente», opinó De la Torre, aunque subrayó que esta cuestión tiene «un componente político muy claro: hay que gobernar con la participación vecinal y oyendo a los vecinos».

Respeto a los vecinos. El grupo municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Málaga instó ayer al Consistorio y a la Junta a «no jugar con los vecinos para tirarse piedras el uno al otro». Además, aprovechó para proponer que ese dinero se destine a prolongar el ferrocarril urbano hacia el PTA y reducir los problemas de movilidad de ese entorno.

El viceportavoz municipal de Ciudadanos, Alejandro Carballo, exigió que «se pongan de acuerdo; se sienten y lleguen a una conclusión definitiva». Anunció que solicitarán la creación de una mesa tripartita entre Consistorio, Junta de Andalucía y Gobierno para dar una solución a los problemas de movilidad del PTA.