­El animal dentro de nosotros. ¿Por dónde discurre la frontera entre lo racional y la locura? ¿Qué es lo que nos convierte en una especie única? Si se establece nuestra evolución biológica como línea temporal de referencia, no llevamos mucho tiempo existiendo. Comparado con otras especies, la llegada del hombre se asemeja a un lapso de tiempo ínfimo. «Nos quedan fácilmente 200.000 años más», afirma Arsuaga que estuvo el pasado viernes en Málaga. El paleontólogo, con fama mundial, destaca la capacidad del ser humano para pensar, pero teme a su parte irracional. Esa, capaz de masacrar sin pestañear a personas inocentes. Como ha ocurrido de nuevo en París. «Va incluido en el lote», dice. Como el miedo a nosotros mismos.

¿La salida de África de los homínidos hace dos millones de años fue nuestro primer viaje?

Sin duda. Pero no fue un viaje. La gente habla de viajes, pero el concepto de viaje es otro. La especie se fue extendiendo. El viaje es algo mucho más moderno. Aquí hablamos de algo biológico. Las especies que tienen éxito se van extendiendo y buscan ampliar su área. Nada más.

¿Cuándo empezamos a viajar entonces por placer?

A ver, el ser humano no hace nada por placer. Si algo te da placer es porque hay una pulsión biológica detrás. Por ejemplo, el sexo, que es algo que se asocia con placer. ¿Acaso, necesitas leer a Kant en alemán, para llegar a la conclusión de que tienes que practicar el sexo? Siento decepcionar a algunos, pero el sexo es algo puramente biológico. Lo mismo pasa con la comida. Eso quiere decir que todo es biológico. Si viajamos, es porque lo necesitamos.

Uno abre el periódico y las páginas informan sobre muerte, ejecuciones y terrorismo. ¿Entiende a esas personas que van al zoo y se plantan delante de la jaula de los monos porque sus antepasados les parecen más racionales y más humanos?

Hombre, también hay amor, pero sale menos. Es normal porque el fanatismo es una cosa muy humana. Los animales no son fanáticos. La única especie fanática que existe es la nuestra.

¿La disformidad del mundo, en su faceta más despreciable, se da por qué el ser humano distingue entre los que pertenecen a su grupo y los que no? Europeos, asiáticos, árabes...

Cada grupo tiene su territorio y esto es algo muy viejo. Tan viejo como la humanidad. Todas las especies son territoriales y cada especie explota su dominio y vive de él. Entonces, como la subsistencia depende de los recursos, obviamente, eso produce tensión entre los grupos humanos. De ahí surgen las fronteras que hay que atravesar. Una de las cosas buenas que tiene el viaje, es que tienes que pedir permiso para ir a casa de otro.

Entonces, en la confección de los mapas, la cosa va más allá de la mera psicología de pertenencia. ¿Todo el esfuerzo se basa en darle legitimidad a los Estados y a las fronteras?

Eso sería establecer ya una teoría política-social y se me escapa. Simplemente, digo que es de buena educación cuando vas a casa de otro. Insisto, me parece bien que se tenga que pedir permiso.

¿La hospitalidad es algo que se aprende, o responde a patrones meramente culturales?

Los seres humanos son muy hospitalarios. Tú pides permiso y la gente te invita a su casa. No tiene nada que ver con la cultura.

Pero vemos cómo la llegada de refugiados levanta temor y psicosis entre algunos.

Porque no es fácil. Mucha gente al mismo tiempo, obviamente, crea problemas. Hay circunstancias más favorables, otras menos. Las relaciones interraciales no son sencillas. No es tanto el temor al extranjero, como la preocupación que surge. Es un problema que tenemos que resolver entre todos.

Saturación y digestión rápida de información. ¿El hombre moderno corre el riesgo de la indiferencia ante el terrorismo?

El hombre moderno no es indiferente al terrorismo. Por eso existe. Porque el terrorismo provoca reacciones fuertes. El terrorismo existe porque suscita en las personas una reacción. El ser humano no es indiferente. Simplemente se siente más pegado a alguien con quien percibe cercanía.

El terrorismo nos provoca miedo. ¿Hasta qué punto el miedo influye en nuestro comportamiento?

El miedo es muy sano. Nos matamos entre nosotros, pero por miedo no lo hacemos continuamente. Estoy a favor del miedo.

Aristóteles reservó la inteligencia para el ser humano. Si somos tan talentosos desde nuestro nacimiento, ¿por qué las personas esclavizan a otros e, incluso, les cortan la cabeza?

Por lo que dije anteriormente. Porque el ser humano es fanático. Eso me temo que va en el lote. Tenemos una mente racional, pero, también, una mente mágica, irracional. Nuestra debilidad frente al fanatismo es parte de nuestra naturaleza, contra la que conviene estar educando y advirtiendo.

En la Península Ibérica convivieron homo sapiens y neandertales. Parece que no aprendimos nada sobre la convivencia. Cataluña es el último ejemplo del chauvinismo identitario.

En Cataluña convive gente de todas partes. No soy capaz de contestar al problema de Cataluña en una frase. No soy político. Supongo que en Málaga también hay problemas identitarios. Las identidades existen como hecho natural y universal. Se trata de ver cómo se convive con ellas. No existe el mundo sin problemas. La vida es eso, resolver problemas.

¿Somos demasiado críticos con nosotros mismos? ¿El ser humano ha dejado de asombrarse de sus propios logros?

No tengo esa visión tan negativa del ser humano. La gente compra, se interesa por las cosas y, sobre todo, lee todavía. No es poco.

¿Fuimos educados para ser libres? Siempre se nos plantan por delante personas que se erigen como líderes sociales.

Sí, claro. Tenemos pensamiento autónomo independiente. Somos los únicos que podemos ser libres. El primer elemento de la libertad, es no depender de tus instintos. Somos libres porque somos capaces de controlar nuestros instintos. Si no, seríamos esclavos de nuestros instintos. Podemos decidir lo que queremos.

La filosofía de Hegel fue la primera que consideró al ser humano como un animal social. ¿En qué momento de la historia evolutiva se da este cambio de perspectiva?

Nosotros somos cada vez más sociales. Vamos a decirlo así. Pertenecemos a un grupo de animales zoológicos sociales. En general, los grandes simios son sociales. Ya partimos de una base social. Pero sí, nuestro éxito evolutivo se debe, sin duda, a que en algún momento hayamos sido capaces de desarrollar nuestras capacidades sociales.

¿Si contemplamos el bolígrafo que mantengo en la mano, qué diferencia a la simple observación del pensamiento?

Diferencia al ser humano de los animales. Los humanos tenemos un cerebro visual y procesamos imágenes que dan lugar a pensamientos. Los animales tienen un sistema nervioso que es capaz de analizar información, pero no piensan.

La mayor parte de nuestro pensamiento no nos lleva a nada. Pensamos en cosas desagradables que nos producen rechazo, o levantamos la mirada al techo y soñamos de día. ¿Para qué nos sirve?

Nos ha llevado a estar vivos, que es de lo que se trata. En biología, no hay más finalidad que la de sobrevivir. Para eso nos ha servido, para estar vivos.

Recientemente se ha levantado una gran polémica por un estudio de la OMS (Organización Mundial de Salud) que relaciona el consumo de carne con el cáncer. La carne tuvo mucho importancia en el desarrollo de nuestra inteligencia. ¿Seríamos quienes somos si no hubiésemos comido carne?

Se consume demasiada carne. Eso es lo que viene a decir el estudio de la OMS. Pero no hay que negar que somos carnívoros. No sé cómo seríamos, pero no seríamos como somos si no hubiésemos comido carne. En todo caso, repito, comemos demasiada carne. Con cien gramos de proteína al día es suficiente. Hay un desequilibrio ecológico porque ingerimos mucha más carne de la que necesitamos. Es una evidencia que no es algo muy sano.

¿La evolución continúa o hasta aquí hemos llegado?

Es que la evolución es un fenómeno a escala geológica. Es algo que se percibe a millones de años. Es otra escala. Es como si nos preguntamos, ¿continúa la evolución del sistema solar? Pues sí, pero a nadie le preocupa lo que va a pasar en tres mil millones de años. La gente piensa en los cambios que se producen en sus generaciones. Lo demás, es sentir simple curiosidad por algo infinitamente lejano.

¿La próxima gran exploración del ser humano puede ser la del espacio? ¿Qué opina de los planes de instalar a personas en otros planetas?

Ya veremos. Si hubiera algo allí, que valiera dinero, ya estaría todo resuelto. El problema es para qué ir hasta Marte y gastarnos el dinero. El dinero que utilizamos explorando el espacio, es dinero que no estamos empleando en construir hospitales para la gente. El problema del dinero, es que es caro. No se puede crear con una varita mágica. En una sociedad que quiere que se bajen los impuestos y que se le dé una jubilación a los ancianos, a lo mejor, no hay tanto interés en gastarse el dinero viajando a planetas lejanos.

Cuando se trabaja con una medida temporal de millones de años como lo hace usted, ¿existen las prisas? ¿Tiene una perspectiva diferente del tiempo?

Las prisas son exactamente las mismas. Esta mañana casi pierdo el tren. Iba corriendo a toda velocidad y no pensaba en millones de años. Pensaba que no me daba tiempo y que se me escapaba el tren. Vivo mi existencia humana igual que el resto. No me he vuelto un filósofo extraño por estudiar el pasado remoto.

En Málaga también hay yacimientos importantes. Está, entre otros, El Boquete de Zafarraya, la cueva de Ardales o la Araña.

Muy interesantes. Los conozco todos. La cueva de Ardales es una maravilla. En el complejo de la Araña hay pinturas que no conozco muy bien, pero sé que están ahí. Los yacimientos en la Araña también son muy interesantes. El Boquete de Zafarraya me resulta muy interesante para el estudio de los neandertales.

Usted alcanzó la fama mundial con su trabajo en el yacimiento de Atapuerca. ¿Habrá más sorpresas?

En Atapuerca siempre seguimos investigando. El año que viene vamos a sacar varias publicaciones nuevas.

¿Cree que tenemos una fecha de caducidad escrita?

Como especie, no lo sé. Depende de nosotros. Somos relativamente jóvenes. Sólo tenemos 200.000 años. Aún quedan tranquilamente otros 200.000 más. Ojo, como especie biológica. También somos una especie cultural y tecnológica, y eso, es algo nuevo. Eso ya hace que entremos en una dimensión distinta de la que no existen precedentes.

¿Eso significa que sólo nos extinguiríamos si nos destruimos a nosotros mismos?

La capacidad la tenemos. Todo está en nuestras manos. Si la ejercemos o no, ya es otra cosa. Como paleontólogo, puedo decir que una especie de mamífero puede existir durante 400.000 años. Incluso más. Pero el ser humano es una especie muy especial de mamífero.