­El Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) de Málaga proyecta sacar a concurso en estas próximas semanas la redacción de los proyectos técnicos de tres edificios para los terrenos de la expansión del recinto que sumarían en conjunto unos 20.000 metros cuadrados de superficie edificable. Hasta la fecha, la zona de expansión ya urbanizada apenas ha tenido desarrollo durante los años de crisis por la falta de demanda empresarial y la parálisis del sector constructor. De hecho, esas 36 hectáreas del recinto tan sólo cuentan de momento con los edificios del Centro Andaluz de Innovación y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (CITIC) y el de Promálaga Excelencia, ambos de 2012. La tecnópolis, sin embargo, cree que se avecina ya una época de mayor movimiento, por lo que quiere empezar ya los trámites que le permitan, en cuanto la situación futura lo requiera, tener todo listo para abordar la construcción de nuevos espacios de oficinas.

«Queremos desarrollar proyectos de edificación importantes en la zona de la ampliación y lo que pretendemos es ir adelantado pasos. Vamos a sacar la licitación de los proyectos básicos y de ejecución, que es un requisito previo para pedir la licencia de obras. No sabemos cuándo será necesario construir, si el año que viene o el otro, pero queremos estar preparados para cuando llegue ese momento», comenta el director general del PTA, Felipe Romera. La superficie edificable de esos inmuebles supondrá la quinta de parte del techo de 100.000 metros con que cuenta la zona urbanizada de la expansión, un porcentaje considerado «muy significativo».

Los futuros edificios serán planteados como contenedores modulares de oficinas paneladas, al estilo de las que ocupan en el parque firmas como Oracle o Ericcson, de forma que una empresa pueda escoger el espacio que más le convenga y luego, en función de su trayectoria, tener la posibilidad de ampliar instalaciones. El conjunto de los tres inmuebles tendrá capacidad para acoger a entre 1.000 y 2.000 trabajadores.

El presidente del PTA y delegado del Gobierno andaluz en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, explica por su parte, que los futuros edificios serán «funcionales», con oficinas de clase A dotadas de todo tipo de funcionalidades y preparadas para acoger a firmas de todos los tamaños, desde grandes firmas multinacionales o de ámbito nacional a startups locales. «Ése es el modelo que ha venido funcionado últimamente y por el que estamos apostando», apunta.

La intención es licitar cuanto antes la redacción de los proyectos, con un presupuesto que todavía debe cerrarse. El concurso, que será publicado en los diferentes boletines oficiales, incluirá elementos como el diseño de los edificios y el proyecto constructivo, abierto a firmas de ingeniería y arquitectura.

Lo que no está claro aún es cómo se abordará, cuando llegue el momento, la construcción de los edificios, ya que el PTA no maneja el presupuesto necesario. La idea sería contar de alguna forma con promotores privados o esperar a que aparezcan empresas del sector tecnológico que también estén dispuestas a embarcarse en el proyecto. «Todo eso habrá que verlo en el futuro y dependerá de cómo evolucione el mercado. La construcción podría costar unos 20 millones de euros», explica Felipe Romera.

Posible subida del empleo

Por otro lado, el director del PTA califica este 2015 como «un año muy importante» para el recinto y augura que las actuales cifras de trabajadores en la tecnópolis -casi 15.500 a cierre de 2014- podían rozar los 16.000 a finales del ejercicio, gracias sobre todo a los incrementos de plantilla en varias multinacionales como Accenture y Oracle.

La cifra de empresas (más de 600) sí permanecerá estable, ya que la llegada de nuevas firmas es neutralizada con la desaparición de otras. «No sabemos si creceremos en empresas porque se nos mueren tantas como nacen», admite. Romera sí destacó como elemento de valor la llegada en los últimos dos ejercicios de unas 15 empresas internacionales del ámbito de los servicios informáticos.

«Son firmas que vienen con unos diez o quince trabajadores pero que marcan un fenómeno muy interesante: empresas de fuera que deciden venirse a Málaga y que aportan un valor distinto», explica.

Entre ellas está la multinacional británica ITRS, que abrió en mayo su primer centro de I+D de España y el tercero a nivel global, tras las de Manila y Londres. Tienen 15 empleados, cifra que esperan

duplicar a medio plazo.

El mes pasado también se produjo el desembarco de la empresa alemana Gymcraft, especializada en el desarrollo de software para realizar actividades deportivas a través de realidad virtual, que invertirá dos millones de euros en su centro de Málaga y que ocupará un espacio de casi 300 metros cuadrados. Gymcraft cuenta con un equipo inicial de 16 personas, aunque prevén llegar a 40 en los próximos dos años. Su personal se compone de desarrolladores de software, diseñadores de videojuegos, programadores, especialistas en TIC y en 3D.