Nerviosos y con ganas de hablar de su ciudad y de sus derechos. 33 niños malagueños llenaron ayer el salón de plenos del Ayuntamiento, una ocasión especial que se celebra cada Día del Niño con un Pleno Infantil. El acto se festeja desde 1995 para escuchar la voz de los más pequeños. Este año el objetivo ha sido hacer balance del cumplimiento de las iniciativas presentadas en plenos infantiles anteriores. Pero antes de comenzar el debate, los niños y las niñas quisieron mostrar su apoyo a las víctimas del atentado en París del pasado 13 de noviembre.

«Desde esta ciudad, noble y leal, queremos lanzar un mensaje de solidaridad al pueblo francés y condenar estos actos de forma rotunda», manifestó Esmeralda Martín, alcaldesa infantil de Málaga elegida por sus compañeros de todos los distritos. Tras un minuto de silencio en el que todos mantuvieron las formas, comenzó el debate.

Mediante el denominado semáforo de la infancia, los niños indicaron el estado de las propuestas anteriormente presentadas. Verde indicaba que la propuesta se había cumplido; ámbar, que no se había cumplido del todo pero iba por buen camino; y rojo, que por distintos motivos, no había salido adelante.

Verde por unanimidad para la propuesta de que los niños y las niñas sean escuchados y se respete su opinión. Su presencia en los consejos infantiles de los distritos hace que los más pequeños participen en la vida de su ciudad. Ámbar para las ayudas ofrecidas a los menores que pasan necesidades debido a la crisis. Aunque haya habido mejoras, «las ayudas siguen siendo necesarias», declaró uno de los consejeros infantiles. Rojo al acaso escolar y a la violencia de género, tareas pendientes de erradicar.

La propuesta de favorecer el acogimiento de menores obtuvo el color verde, ya que hay dos asociaciones malagueñas, Infania y Hogar Abierto, que permiten que los niños estén protegidos y acogidos en distintas familias. Además, también dieron el verde al compromiso de la ciudad con los refugiados: «Málaga es una ciudad acogedora y nosotros nos comprometemos a recibir a los refugiados, enseñarles el idioma y ayudarlos a hacer los deberes».

Aprobada también con unanimidad la propuesta de un carril bici, logro por el que dijeron estar muy «satisfechos».

Los pequeños exigieron más limpieza en las calles, tarea a la que dieron el color ámbar porque no se había conseguido del todo. La propuesta de que las actividades extraescolares en los colegios fueran gratuitas obtuvo el color rojo

El semáforo también se puso rojo para la proposición de crear un espacio para que jóvenes artistas malagueños expusieran sus obras, ya que no existe ninguno.

La ambiciosa y confusa obra del metro obtuvo los tres colores a la vez y arrancó las risas entre padres y demás presentes. «Bajo tierra, convertirlo en tranvía... Cuando parecía que habían acabado las obras, hemos vuelto a empezar», explicó una de las consejeras.

El acto contó con la presencia del alcalde, Francisco de la Torre, que escuchó a los pequeños en un día tan especial para ellos en el que ocuparon el lugar de los concejales que allí se reunieron.