La Audiencia de Málaga ha condenado a tres años y medio de prisión a un hombre que trabajaba en la Empresa Malagueña de Transportes (EMT), acusado de estafar a la sociedad girando facturas a empresas propias, en algunos casos «infladas», y en otros, con el suministro de material que no era entregado. La cantidad defraudada es de 355.754 euros, que el acusado tendrá que pagar como indemnización a la EMT, conjuntamente con otra acusada, según se declara probado en la sentencia, ya que los dos han sido condenados por un delito de falsedad en relación con otro de estafa, ambos continuados. Según la resolución, desde 2007 a 2011, el acusado trabajaba como ingeniero de telecomunicaciones en la EMT, que tenía «confianza absoluta en él, siendo indispensable para la empresa», ya que se encargaba de las instalaciones, proyectos y mantenimientos del sistema de ordenadores para recarga y venta de viajes en estancos.

Además, era director de sistema de comunicación y jefe de proyectos, teniendo «total autonomía» a la hora de adquirir mercancías y solicitar suministros a proveedores, «debiendo dar la conformidad a las facturas enviadas a la empresa», que «en ningún momento eran cuestionadas». Aprovechando esta situación, el procesado, con el conocimiento de la otra acusada, pero sin la colaboración necesaria de ésta, creó dos sociedades «con el único fin de lucrarse en perjuicio de la EMT». Así, utilizó esas empresas «como tapadera», llegando a girar más de 50 facturas. Algunas de esas facturas estaban «infladas en un 30% del precio real»; mientras que en otros casos «el suministro de material nunca fue entregado a la EMT». Asimismo, dichas empresas, en la mayoría de las ocasiones simulaban ser proveedoras de la EMT de material que no fabricaban ni poseían.

Las facturas eran firmadas siempre por la otra acusada; mientras que el procesado aprovechaba que conocía el sistema de adjudicación para «eludir los controles», hasta que el departamento económico de la EMT detectó un aumento significativo en los gastos de facturación e inició una investigación que dio como resultado una denuncia.

La sentencia se dicta con la conformidad de los dos acusados. Así, al hombre se le condena a tres años y medio de prisión; mientras que a ella se le imponen dos años de cárcel. La multa es la misma para ambos procesados, de nueve meses a seis euros diarios; es decir, 1.620 euros.