­El Colegio de Economistas de Málaga constató ayer una «buena» evolución económica en la provincia aunque volvió a recordar que la restricción de los créditos al sector privado por parte de los bancos está limitando el crecimiento e impide una reducción significativa de las cifras de paro, actualmente en una tasa del 28,9% de la población activa. Según el decano de esta institución, Juan Carlos Robles, Málaga cerrará 2015 con un crecimiento del 3,3% del Producto Interior Bruto (PIB) y mantendrá en 2016 una tónica similar, en «un escenario creciente, pero a un ritmo paulatino, no el que nos gustaría». Su previsión es que la economía crezca así un 3,5% en el próximo ejercicio, una subida que serviría para que la tasa de paro baje a final del año al entorno del 25%. Robles afirmó que mientras que el crédito no vuelva a fluir es imposible ir más rápido en la creación de empleo aunque se mostró convencido de que los bancos volverán próximamente a abrir el grifo, ya que su negocio «es prestar dinero» y, además, tienen mucha liquidez.

«Estaremos condenados a un crecimiento vegetativo, creciente pero plano, de en torno al 3% hasta que no tengamos la inyección de masa monetaria en el sistema. Está muy bien para una economía consolidada, pero con un paro cercano al 29% necesitamos crecer a una velocidad superior», afirmó Robles, que junto al vicedecano, Antonio Pedraza, presentó una nueva edición del Barómetro Económico de la provincia. Y aunque la banca alega que si el crédito no fluye es porque no encuentra suficiente demanda solvente, los economistas también piensan que el sector financiero debe empezar a flexibilizar sus condiciones.

«Han estado muy acostumbrados a prestar con sobregarantías de terceros y avalistas, pero tendrán que acostumbrarse a prestar con más riesgo. Es también una cuestión de supervivencia para ellos. Su negocio es ese», comentó Robles, que cree que en un escenario más normalizado de crédito el ritmo de crecimiento en Málaga sí podría irse por encima del 4% anual.

Robles y Pedraza destacaron como elementos más positivos de la economía provincial en este 2015 el crecimiento de ocupados, que sube un 4% (un 50% por encima de la media andaluza), la cifra récord de exportaciones o del turismo y la reactivación del sector constructor, donde se elevan las ventas de viviendas y los visados para futuras promociones. En la parte negativa, además del tema del crédito bancario, citaron la reducción de la obra pública licitada por las administraciones.

El problema de Marbella. El Colegio advirtió también del efecto negativo que está teniendo la derogación del PGOU de Marbella por parte del Supremo, tanto en términos de imagen como de paralización de inversiones foráneas. «Es algo dramático para la economía en materia de confianza, porque genera mucha incertidumbre en los inversores. Y no es además la primera vez que pasa. Ya está habiendo perjuicios, porque el miedo es algo inmediato y paraliza cualquier deseo de inversión», dijo el decano, que instó a las administraciones a buscar una respuesta urbanística lo más rápido posible.

Pedraza, por su parte, opinó que aunque la cuestión se ciñe a Marbella, a nivel internacional se percibe como algo que afecta a toda la Costa del Sol. «Puede tener un efecto boomerang desastroso. Nos crea fuera mala prensa y una sensación de inseguridad jurídica», afirmó.

Los economistas también se refirieron a las próximas elecciones y desearon que el Gobierno que salga de las urnas sea «estable» para que se genere confianza entre los inversores. «Es un tema de confianza. Un Gobierno fuerte mantiene la confianza y la inversión; uno débil provoca incertidumbre y miedo. El inversor quiere saber lo que hay, ya sea bueno o malo, para tener seguridad jurídica, que es lo que proporciona seguridad económica», explicaron.