­Abulense y residente en Málaga, José Antonio Sierra ya ofrecía en 1975 en Dublín, aparte de español, clases de catalán, gallego y euskera cuando estaba al frente en la capital irlandesa del antecesor del Instituto Cervantes: el Instituto Cultural de Dublín, del que fue el creador. Desde hace algunos años promueve la enseñanza de las lenguas cooficiales en Andalucía, por eso confiesa que el que con diferentes matices todos los grupos políticos vean bien la propuesta «me produce una alegría, no tanto porque lleve tanto tiempo luchando sino porque es en beneficio de todos los andaluces y contribuye al establecimiento y fomento, todavía más, de las relaciones culturales y educativas de Andalucía con todas las comunidades autónomas con idioma oficial, que no son sólo Cataluña, Galicia y el País Vasco sino también Navarra, Valencia y las Baleares».

José Antonio Sierra manifiesta que, «siempre que haya un mínimo de matrículas, escuelas de idiomas e institutos de idiomas de las universidades pueden ofrecer en sus programas las lenguas cooficiales igual que hacen los institutos Cervantes».

En su opinión, se trata de una medida sin coste alguno «porque un curso sólo funciona si con el importe de la matrícula se puede pagar al profesor. No se trata de tener a un profesor permanente en la plantilla sino de tenerlo a tiempo parcial», precisa.

Sierra pone el ejemplo del traslado a Euskadi de una familia andaluza por motivos laborales o por matrimonio. «Al llegar allí se encuentra con que en la escuela de sus hijos se estudia euskera».

A su juicio, no tiene sentido que «aquí en Andalucía se pueda estudiar griego, árabe o portugués pero no catalán» y recuerda que sólo el Departamento de Filología Hispánica de la Universidad de Granada ofrece la oportunidad de estudiar catalán. El panorama podría cambiar.