Que las empresas son el elemento fundamental para luchar contra la crisis y consolidar la recuperación económica es algo que nadie puede poner en duda. Pero es indispensable que nuestras empresas, especialmente las pequeñas y medianas, alcancen un nivel de competitividad suficiente que les permita consolidarse y crecer para crear riqueza y empleo, si es que queremos garantizar el bienestar de nuestra sociedad.

Ese es el objetivo que vienen persiguiendo y por el que vienen trabajando las Cámaras de Comercio, entre ellas la de Málaga. Mejorar el nivel de competitividad hoy día pasa por asumir y desarrollar en la estrategia empresarial un factor fundamental como es la internacionalización, sin olvidarnos de otros tan importantes como la innovación o la formación.

Desde la Cámara lo hemos reiterado innumerables veces. Estamos en el buen camino, pero es necesario que cada día sean más empresas, pymes y emprendedores los que lo tomen.

Por citar algunas cifras para ilustrar lo que comentamos, podemos ver, según datos del ICEX, como en nuestra provincia, en lo que llevamos de año (hasta septiembre), son 3.557 empresas las que han exportado algo. Pero, si nos detenemos un poco más, podemos comprobar el aumento que ha experimentado el número de empresas que exportan de forma regular en los últimos años, ya que, mientras en 2007, antes de que comenzara la crisis, contábamos con 498, actualmente (período enero-septiembre 2015), son ya 780 las que vienen exportado regularmente, un 7% más de las que lo hicieron que en todo 2014.

En cuanto a los principales destinos de las exportaciones malagueñas, hasta el pasado mes de septiembre, comprobamos que son mayoritariamente europeos, siendo el ranking de los diez primeros por número de exportaciones el siguiente: Francia, Italia, Portugal, Alemania, Estados Unidos, resto de la Unión Europea, China, Reino Unido, Países Bajos y Marruecos. Por sectores y volumen de lo exportado, destacan el aceite de oliva, las frutas frescas, los equipos de telecomunicaciones, confección femenina, carnes frescas, carnes congeladas, material eléctrico de baja y media tensión, artículos textiles y hortalizas y verduras frescas.

Como vemos, el agroalimentario se sitúa al frente con un valor exportado que alcanza los 638 millones de euros, detrás las materias primas, productos industriales y bienes de equipo con 432 millones, a continuación los bienes de consumo con 260 millones y, por último, las bebidas, con 23 millones.

Después de ver estos datos y destinos, permítanme que me reitere, pero es algo en lo que no podemos dejar de insistir. Es necesario cambiar de mentalidad y actitud, principalmente de nuestras pymes, con objeto de incrementar el conjunto de empresas exportadoras de la provincia de Málaga, sobre todo para que consigan hacerlo de forma regular y hacia nuevos mercados que ofrezcan oportunidades de negocio.

A nadie escapa que la crisis ha forzado a muchas empresas a poner sus miras en el exterior como vía de salida para no sucumbir. Podemos asegurar, sin riesgo a equivocarnos, que las empresas que mejor han sorteado la crisis son aquellas que se han internacionalizado.

Pero, si analizamos cualquiera de estas empresas podremos comprobar que, en la mayoría de los casos, han ganado primero en competitividad para poder luchar en los mercados exteriores, de ahí, que en la fórmula de factores estratégicos ambas cosas sean complementarias. Y para ser más competitivos, tenemos que añadir otro elemento sustancial, la innovación.

Como afirmó el economista y profesor Michael Porter, «la empresa consigue ventaja competitiva mediante innovaciones». De ahí, que este factor sea clave en cualquier estrategia empresarial. En un mundo tan globalizado por las nuevas tecnologías, para las pequeñas y medianas empresas se convierte en indispensable y fundamental obtener una mejor posición a la hora de conseguir el éxito en cualquier negocio en el exterior.

El sector empresarial malagueño necesita, al igual que ocurre en otras muchas provincias españolas, integrar en sus sistemas productivos una serie de cambios estratégicos orientados hacia la innovación y la internacionalización para que se impulse el crecimiento económico y, a su vez, se genere empleo. En este sentido, los emprendedores suponen una gran baza para contribuir a alcanzar este objetivo, de ahí, la trascendencia y nuestra insistencia en que desde sus comienzos, integren la internacionalización y la innovación en sus proyectos empresariales como forma de ser más competitivos en los mercados exteriores.

He aquí, la importancia de transmitir a la sociedad en su conjunto y, especialmente a nuestros jóvenes, el papel que desarrollan los empresarios a la hora de crear puestos de trabajo y riqueza. Es necesario que todos juntos, empresas y administraciones avancemos en el mismo sentido, prestando ayudas y soluciones para la creación de empresas, reduciendo trámites y dando facilidades para acceder a la financiación, sobre todo hacia cuanto se orienta al desarrollo del comercio exterior, potenciando la mejora de la competitividad de las empresas y su internacionalización.

*Jerónimo Pérez Casero es presidente de la Cámara Oficial de Comercio, Industria, Servicios y Navegación de la Provincia de Málaga