«Hubo una persona que nos llenó tres carros, se gastó ciento y pico de euros», recuerda Carmen López, una de las voluntarias de la Gran Recogida, que ayer se unió a un grupo de voluntarios del Colegio de Médicos en un supermercado del Camino de San Rafael. También hubo, destaca Carmen, malagueños que repitieron en varios supermercados, aunque fuera donando un paquete de galletas. Son dos de las anécdotas de la segunda jornada de la Gran Recogida de Alimentos, que por cuarto año organiza Bancosol, en coordinación con los bancos de alimentos de Andalucía.

Rafael Salcedo, gerente de la Federación Andaluza de Bancos de Alimentos, comentaba que ayer sábado «había más sensaciones de alegría» que el viernes y que las donaciones «habían sido continuas».

«Podemos darnos por satisfechos porque hay marca, las personas ya tienen identificada la campaña y ya no es el cliente ocasional el que llega. El donante conoce la marca de otros años», explicó a La Opinión.

Y la alegría a la que hacía referente el gerente se notó en los 342 establecimientos de toda la provincia, que estuvieron atendidos por unos 5.000 voluntarios.

En su mayoría, las donaciones fueron de alimentos no perecederos -los recomendadas- como aceite, leche, legumbres, galletas y también alimentos para bebés.

El año pasado la Gran Recogida en Málaga alcanzó las 680.000 toneladas y las sensaciones eran en la noche de ayer que se había superado esta cifra.

La campaña supone un gran refuerzo para el Banco de Alimentos de la Costa del Sol, Bancosol, porque le permite seguir colaborando con las 230 asociaciones que a su vez atienden a los más desfavorecidos de la sociedad. En la actualidad Bancosol atiende a unas 55.000 personas.

Ayer se vieron entre los voluntarios representantes de todas las profesiones y colectivos de la provincia pero también muchos niños pequeños que quisieron aprender lo más importante: la solidaridad.