­Si tuviéramos que construir de nuevo la ciudad, nos costaría unos 1.600 millones de euros. Por eso es indispensable disponer de un Plan de Conservación viaria que permita preservar el valor patrimonial malagueño y reducir los costes de las reformas. En ello trabaja cada día la UTE Conaco-RUS Eiffage Infraestructuras. «Cuando hay conservación el ciudadano no lo nota, pero cuando no existe sí que percibe el deterioro. Nuestro trabajo es como de microcirugía», reconoce Francisco Martín Moreno, jefe de obra del Plan de Conservación viaria 2015.

El Plan de Conservación fue puesto en marcha por el Ayuntamiento de Málaga en 2004 con el objetivo de mejorar la seguridad viaria y además, conocer la infraestructura de la ciudad para poder prevenir los costes de las reformas necesarias. De esta manera, la Gerencia de Urbanismo dispone de un sistema de inspección, mediante el cual un equipo de personas cualificadas trabaja de forma planificada haciendo recorridos por toda la ciudad.

Estas visitas se realizan dos veces al año, además de cuatro en el Centro Histórico, tanto a nivel de calzada como de aceras. Miguel Ángel Soler, jefe de sección de conservación viaria GMU, explica que aun así, cada vez que se organiza algún tipo de evento en la ciudad, como el Festival de Cine o la Semana Santa, se llevan a cabo recorridos especiales para que no haya ningún problema.

A pesar de los informes realizados por los inspectores, en la Gerencia cualquier tipo de información es válida. «Atendemos los avisos que nos llegan a través de la prensa, distritos, escritos o llamadas telefónicas de cualquier organismo municipal y del área de responsabilidad patrimonial, a la que se le da una prioridad absoluta», declara Francisco Martín.

En el caso de que algún desperfecto de la calzada pertenezca a la red de saneamiento o cualquier otra entidad, desde la UTE le derivan la incidencia con su información pertinente. Málaga dispone de unas 200.000 arquetas, por lo que es importante que cada compañía gestione sus problemas y así, se consiga una mayor optimización de los recursos. «Desde hace unos seis o siete años todas las compañías tienen su plan de conservación y mantenimiento. Antes carecían de información suficiente y nosotros le ayudamos», reconoce Miguel Ángel.

El jefe de producción, Emilio Jiménez, asegura que en el caso de primar el peligro, ellos mismos lo reparan. «El 50% de las cosas que nos solicitan se atienden en cuatro o cinco días», añade.

Según las estadísticas de la UTE, la ciudad cuenta con casi 5.000 calles, lo que se traduce en torno a 1.000 kilómetros de vía, es decir, la distancia que separa Málaga de Barcelona. Por ello, el volumen de incidencias es muy alto. «Es fundamental tener medios que nos permitan actuar rápido. Tenemos que ser más preventivos que curativos», asegura Soler. En este sentido, detaca que gracias al Plan de Conservación se ha conseguido reducir en un 80% el deterioro de la ciudad.

Juan Carlos Vertedor Sánchez, delegado de Mezclas Asfálticas Andalucía Oriental, cree que uno de los secretos para que esto funcione es la propia estructura del plan y recalca la importancia de la concienciación: «Los ciudadanos y los políticos tienen que saber que es un servicio como cualquier otro que la ciudad necesita»

Control de calidad

La UTE Conaco-RUS Eiffage Infraestructuras realiza una evaluación de todas y cada una de las incidencias que se registran en el sistema, independientemente del origen, para que sean tratadas de la misma forma. Además, se lleva a cabo un estudio de la gravedad mediante el que se le asigna un valor de peligrosidad en función de la indromación que se ha recaudado. «Es muy importante conocer todos los datos, porque los presupuestos son limitados», afirma el jefe de obra. De esta manera, se calcula la prioridad de cada incidencia para saber qué se repara primero y qué después.

@AliciaMartín_S