Más de 17.000 personas han firmado una petición en change.org para pedir al Servicio Andaluz de Salud (SAS) que compre un equipo de resonancia magnética para el Hospital Materno Infantil. La adquisición de esta máquina evitaría el desplazamiento de decenas de pequeños que cada semana deben ir hasta Carlos Haya para hacerse esta prueba diagnóstica. Se trata de niños que están en UCI y en planta de oncología e infección.

Desde que el Materno abrió sus puertas en 1982 todos los pequeños que han necesitado hacerse esta prueba han tenido que ir a Carlos Haya, ya que el hospital infantil carece de uno de estos aparatos. Además, las citas para los menores sólo se dan los miércoles por lo que, si hay alguna incidencia, deben esperar al menos una semana para hacérsela. Hace quince días, Marisa Jiménez, la madre de una niña con metástasis en el sistema nervioso central que debe hacerse resonancias cada tres meses para controlar la evolución de la enfermedad, decidió recoger firmas para que los niños no se desplacen hasta el hospital de adultos. Todo comenzó, según cuenta la madre de Patricia ­-así se llama la pequeña- cuando unos días antes de que la niña se hiciera una de sus resonancias rutinarias recibieron una llamada para anulársela por haber entrado un caso urgente. «Me dijeron que me daban cita para dos semanas después, pero me negué: el cáncer de mi hija no puede esperar», dijo la madre. Finalmente, se hizo la prueba en un centro concertado con el SAS. La semana que viene se hará la misma prueba en otro centro, lo que Marisa Jiménez ve una pérdida de dinero «sin sentido». «Cada vez que se hace la prueba el SAS paga 800 euros por mi hija a estos centros y, además, los profesionales que se la hacen no conocen su enfermedad y no saben a qué deben estar atentos», lamenta la mujer, que debe llevar todo su historial para que los radiólogos sepan qué deben buscar.

El cambio de aquella cita y los innumerables traslados en ambulancia del Materno a Carlos Haya le empujaron a hacer la petición que, según admite, le ha desbordado, en el buen sentido. «La gente empezó a compartirlo y de un día para otro pasé de tener 3.500 a 10.000», señala la mujer, que no entiende cómo un centro sanitario como el Materno Infantil no dispone de uno de estos aparatos, obligando a que los niños y el equipo médico se desplacen hasta Carlos Haya pese a su delicado estado de salud. «He visto a bebés recién nacidos llegar en incubadoras, a niños de infecciosos que están muy delicados, no hay derecho», relata la madre de Patricia, que clama por una resonancia magnética en las instalaciones del centro sanitario infantil.

Además, pide que, el día que la pongan, la adornen como han hecho en otros centros sanitarios, como el Sant Joan de Déu, donde los niños creen estar en una nave espacial. En este centro, desde que se puso en marcha esta nueva decoración, las sedaciones para hacerse la prueba han descendido un 18%.

Fuentes del centro sanitario señalaron que el hospital ya ha iniciado a través del SAS los trámites administrativos para la adquisición de este equipo y ubicación en el Materno. No obstante, quisieron recordar que este tipo de pruebas se llevan a cabo por parte de un equipo altamente especializado y en las mejores condiciones de seguridad «sin que en todos estos años haya habido incidencias».