No habrá playa canina de forma oficial en el entorno de la desembocadura del río Guadalhorce pese a que este espacio se utiliza desde hace tiempo por los dueños de los perros para tal fin. La Junta de Andalucía ha denegado la autorización solicitada por el Ayuntamiento de Málaga para ubicar en los márgenes del cauce un espacio apto para el baño y esparcimiento de perros por considerarlo «incompatible con la conservación del paraje natural afectado», según se ha conocido esta mañana en la comisión de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Málaga.

La Consejería de Medio Ambiente defiende en el escrito remitido al Ayuntamiento de Málaga que habilitar una playa canina en esa zona provocaría daños en la flora «al aumentar el pisoteo y el aporte de materia orgánica», además de advertir de que la zona aparece como área de nidificación del chorlitejo patinegro, un pájaro que usa este espacio como el mayor núcleo reproductor de la provincia.

El Ayuntamiento de Málaga solicitó el pasado verano la autorización para instalar en esta zona la playa canina amparándose en que no está catalogado como zona de baño, ya que se da la misma característica que en la playa para perros que Málaga y Rincón de la Victoria comparten en la desembocadura del arroyo de Totalán. Hay que recordar que la Junta de Andalucía remitió a los municipios costeros una carta en la que les advertía de que no podrían contar con espacios destinados para mascotas en sus playas y que los dueños se podrían enfrentar a multas.