Dicen que la cara es el espejo del alma. Y lo que reflejan en sus rostros las 20 mujeres que se reúnen en el aula de estética del IES El Palo es felicidad. No se percibe miedo ni dolor. Nadie diría que algunas de ellas presentan una lesión muscular o que han atravesado diversas dificultades a lo largo de su vida. Ese es el objetivo de la actividad que organiza ASPAYM Málaga, que las mujeres se sientan bien consigo mismas, independientemente de que tengan una discapacidad o no.

Bajo el lema «Ponte guapa, ponme guapa», los alumnos del Grado Superior de Estética trabajaron ayer durante toda la jornada con las mujeres que integran la asociación para ayudarlas, a través de la imagen, a adquirir una perspectiva positiva ante la vida. «El objetivo es que la mujer decida, desde la consciencia de su valía como persona, maquillarse y que lo vea como un mimo, no como una obligación que le impone la sociedad», explica la terapeuta ocupacional Carmen Pozo.

Esta actividad, planteada a modo de «fin de curso», pone punto final a tres meses de trabajo, durante el cual todas las mujeres acuden a la sede de ASPAYM cada semana para estimular sus emociones y ver la vida con otros ojos. Para ello, la sesión final aborda todos los aspectos relacionados con la estética: desde la parte más emocional hasta la potenciación del físico, todo ello encaminado hacia una fase de relajación. «Lo primero es sentirnos bien con nosotros mismos y luego lo exteriorizamos», añade Isabel Vega, trabajadora social y coordinadora del programa de actividades de ASPAYM Málaga.

La respuesta por parte de las mujeres que participan es muy buena. Belén Higueras sufre una lesión muscular que la mantiene en silla de ruedas, pero eso no le impide cumplir, desde hace unos años, sus labores como secretaria en la asociación. Reconoce que a las mujeres discapacitadas se las relega un poco por el tema de la imagen, por lo que se muestra muy contenta tras haber realizado el curso: «Sube la autoestima y además, fomenta el compañerismo entre unas y otras», afirma.

Conchi, por su parte, lleva casi 20 años cuidando de su marido tetrapléjico y asegura que las actividades organizadas por ASPAYM le han ayudado mucho: «Hoy es un día fabuloso, el curso que hemos dado es estupendo», apunta. Esta satisfacción es recibida con alegría por Carmen Pozo, quien reconoce que las mujeres poco a poco desarrollan ese aspecto positivo, incluso pudiendo prescindir de alguna medicación.

Es el segundo año que la asociación organiza este curso y, debido al éxito cosechado, ya piensan en nuevas opciones para el próximo año: «Estamos planteando la posibilidad de hacer al menos dos cursos anuales», declara Isabel Vega.

El valor de la educación. No es la primera vez que el IES El Palo colabora con asociaciones sin ánimo de lucro, ya sean para ayudar a lesionados medulares o a víctimas de la violencia de género. Su vicedirectora, Paloma Rodríguez, es consciente del valor que tiene la educación y considera muy importante ayudar a otras personas. «Queremos que los alumnos se acostumbren a trabajar con todo tipo de personas». Además, explica que cada año acuden a los asilos de ancianos de la zona para prestar servicios de peluquería y estética a personas mayores que no pueden asistir a un centro estético. «Con esto se potencia el crecimiento del alumno, no solo a nivel profesional, sino también personal», declara. Mª del Carmen Osorio, jefa de departamento, añade que «el regalo es tanto para ellas como para nuestro alumnado».