Las cifras de contratación mejoran y llegan ya a rivalizar con las que se registraban antes de la crisis pero otra cosa es la calidad del empleo que se genera, con un mercado todavía más dominado por la temporalidad, los empleos por horas y una altísima rotación laboral. Éste es el diagnostico realizado ayer por el sindicato CCOO, que denunció en un informe la precarización máxima que ha alcanzado el mercado laboral durante los años de la crisis, a pesar de que el número de contratos firmados en este 2015 -se prevé cerrar el ejercicio con casi 685.000- arroje el mejor nivel desde 2007. Según este estudio, la representatividad de los contratos indefinidos que se firman cada mes es cada vez más exigua y ha bajado en este tiempo del 8,3% al 5,9%. El 94% de las incorporaciones son así de carácter temporal, con una media de duración de los contratos de mes y medio (48,8 días), un plazo aún más corto del que había antes de la crisis (55 días). CCOO afirma además que dos de cada tres contratos temporales que se firman en Málaga (un 66,9%) tienen una duración inicial inferior a un mes, un porcentaje once puntos superior al de antes del inicio de la recesión.

«Es evidente que la contratación indefinida, que ya antes era bastante escasa, ha sido la gran damnificada de la crisis, en la que han influido decisivamente los comportamientos empresariales y las consiguientes reformas laborales de 2010, y sobre todo, de 2012», explicaron ayer el secretario general de CCOO, Antonio Herrera, y el de Formación y Empleo, José Bravo.

El sindicato también denunció un aumento «desproporcionado» de la contratación a tiempo parcial, de forma especial en los contratos indefinidos y en los contratos a mujeres, «que aumentan la discriminación y posibilitan bolsas importantes de fraude» (en referencia a trabajadores cuyos contratos estipulan dos o cuatro horas de trabajo al día pero que terminan echando ocho o incluso más).

En concreto, el empleo por horas representa ahora el 41% de los contratos que se firman cada mes, cuando antes sólo eran el 25%. En el caso de los contratos indefinidos, el porcentaje sube del 28% al 48% y, por sexos, alcanza al 37,5% de los hombres y al 59,4% de las mujeres.

CCOO afirmó que medidas como los contratos de emprendedores o los de fomento de la contratación indefinida han tenido una presencia casi anecdótica en estos últimos cuatro años lo que, en su opinión, constata que la reforma laboral del Gobierno ha sido «una estafa».

«Nos prometían reducir la temporalidad. Si es que realmente lo pretendían, su fracaso es llamativo. Se confirma la duración excesivamente corta de la contratación, que disminuye año a año, y que pone a la vista la alta rotación y la fuerte precariedad», comentó Herrera. Resaltó además que el sector servicios acrecienta su predominio, aumentando en estos años su peso en las contrataciones totales del 65% al 72%. Dentro de este sector crece el segmento de la hostelería, que concentra ahora el 40% de las altas, cuatro puntos más que hace unos años. Para CCOO, Málaga necesita diversificar su modelo productivo con más empleo en industria, nuevas tecnologías o energías renovables.

Por su parte, la secretaria de la Mujer, Mercedes Rosas, dijo que el colectivo femenino sufre una especial precarización, ya que el crecimiento de la contratación a tiempo parcial es mucho más intensa que en los hombres. «Al finalizar 2015, más del 50% de los contratos a mujeres serán a tiempo parcial, y no por voluntad de las trabajadoras», apuntó.

La secretaria de Juventud, Saray Pineda, añadió que la reforma laboral «creó contratos hechos especialmente para la precarización de la población joven» y aseguró que «se está dando un claro abuso de los contratos en formación y aprendizaje, que además de no tener prestaciones por desempleo, fomenta el ahorro a los empresarios no pagando cotizaciones sociales, lo que tendrá claras consecuencias para las futuras pensiones». A pesar de todo esto, dijo que la contratación a jóvenes en Málaga ha empeorado en relación a 2007: si entonces suponían el 26,6% del total ahora sólo son el 15,5%.

Finalmente, el economista autor del estudio Antonio Turmo afirmó que los datos reflejan la «nula efectividad» de las medidas aplicadas en los últimos años y la «impunidad» que existe para infringir las normas laborales. «Las reformas dificultan el seguimiento de la contratación fraudulenta y no se mejoran los medios contra el fraude en la contratación», dijo.