El proyecto de Colinas del Limonar, la mayor urbanización de lujo prevista en la capital con más de 1.000 viviendas programadas, que se encontraba paralizado desde hace más de cinco años a consecuencia de la crisis económica y de la quiebra de la principal promotora que impulsaba el proyecto, ha vuelto a coger impulso gracias a los nuevos propietarios, entre los que se encuentra Unicaja.

Los nuevos promotores han reunido dinero suficiente para reanudar las obras de urbanización, que son necesarias para dejar el suelo listo para la construcción de viviendas, y de manera especial en esta zona de colinas con una pendiente media superior al 40%, llegando a alcanzar el 70% en zonas muy pronunciadas, lo que obliga a la construcción de muros de contención.

Este nuevo impulso a Colinas del Limonar se inicia con la aprobación inicial del texto refundido del proyecto de urbanización del sector, promovido por la junta de compensación. El proyecto y sus adendas definen las obras de urbanización necesarias para la ejecución de los viales y las infraestructuras de este ámbito, así como las cargas externas. Asimismo, identifica las obras ya ejecutadas y también se indican y definen las distintas cargas externas, algunas de las cuales ya se encuentran ejecutadas y en funcionamiento. Contempla un plan de etapas dividido en 3 fases.

Permite el desarrollo de un área de más de 600.000 metros cuadrados, de los que 130.000 serán para viales; casi 200.000 para zonas verdes y áreas libres, y unos 25.000 metros de equipamientos. Para suelo residencial se establecen unos 240.000 metros cuadrados.

El presupuesto del proyecto de urbanización es de unos 29 millones de euros. Antes del parón de estos años ya se habían ejecutados importantes obras de urbanización, especialmente los encauzamientos de los arroyos Toquero, Tassara y Mayorazgo, que costaron más de 8 millones de euros.

Precisamente, las dificultades del terreno obligaron en su día a modificar el proyecto edificatorio, de manera que disminuyó el suelo destinado a viviendas unifamiliares y se amplió el destinado a las plurifamiliares,

El proyecto, sin embargo, ha sido muy criticado en estos años por el PSOE, que lo tachó como «el mayor desaguisado urbanístico permitido por el PP en Málaga», que ha supuesto el llevar a cabo un urbanismo «depredador con enormes daños ambientales irreparables en el terreno y con grave afección a cauces de arroyo».