­Muchos propietarios de locales comerciales con renta antigua esperaban el 1 de enero de este año para iniciar el proceso que les haría recuperar su propiedad para alquilarla a precios mayores. Una táctica que ha llevado a laminar parte del comercio local del Centro, pero que tiene sus riesgos. El afán por intentar actualizar los alquileres ha llevado elevar tanto la renta solicitada, que la demanda se haya detraído ante una recuperación económica todavía en ciernes.

El presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, Cayetano Rengel, explica que no todas las calles del Centro son iguales a la hora de alquilar un local, ya que en las vías más transitadas «existe una demanda mayor y son las grandes empresas las que pueden pagar esos alquileres». En este sentido, Rengel argumenta cómo el cierre de Ceisa en la calle Larios ha venido acompañado de la apertura de una nueva tienda de Mango en su local.

«El que haya tenido un poco de prudencia y ha negociado con tiempo el alquiler, ha dejado a todos contentos, porque la ley es implacable», afirma Rengel.

«Ha habido de todo, algunos han negociado con los inquilinos y otros no querían negociación», perdiéndose negocios históricos, asegura el presidente de los agentes de la propiedad inmobiliaria. No obstante, quiso matizar que también hay que entender la situación de muchos propietarios de edificios, que con los alquileres antiguos «no tenían ni para gastos».

La oferta de locales existe fuera de esa zona que son importante, hay locales vacíos en muchos sitios porque precios altos y difícil meterse en local.

La consecuencia más inmediata de la pérdida de estos comercios tradicionales es que, en opinión de Cayetano Rengel, el proceso de salida de negocios tradicionales está reforzando la homogeneización del Centro con las franquicias: «Eso ha distorsionado la visión de los comercios y los centros urbanos se han quedado sin alma, perdiéndose el negocio tradicional y local».

Por contra, las calles de la periferia del Centro se están viendo favorecidas por esta diáspora del comercio local, que busca en las vías cercanas al núcleo comercial un local para instalarse con un coste más asequible. Esto permite que florezcan «zonas que serán más importantes que antes porque acogen a muchos negocios desplazados», afirma Rengel, quien advierte también por el afán de echar al inquilino de renta antigua sin tener un destino .

«Hay quien está empeñado en echar a su inquilino de una zona no tan importante y corre el riesgo de quedarse con el local vacío, «porque situación no permite alquileres altos». «El que ha subido mucho el alquiler se ha quedado con local vacío y va a tardar en que se ocupe», sentencia el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, quien insiste en que la demanda está en las zonas «prime», mientras en la calle Comedias hay varios locales vacíos.