Este domingo y el que viene la sección dominical Mirando Atrás dará a conocer una pequeña selección de fotografías que han llegado a esta sección de pura casualidad, y por las que ya se ha interesado el Centro de Tecnología de la Imagen de la Universidad de Málaga, pues la intención de La Opinión es donarlas a alguna institución interesada.

Se trata de alrededor de un millar de fotos de las que se desembarazó recientemente un conocido coleccionista malagueño, que las entregó a su vez a una ONG de la capital para que hiciera con ellas lo que estimara. La ONG, conocedora del trabajo de divulgación histórica de esta sección, se puso en contacto con Mirando Atrás para entregarle las fotografías.

La colección, muy completa, está centrada en su mayoría en las primeras tres décadas del siglo XX y abarca aspectos muy completos de la vida de la Málaga de entonces: deportes, personajes, Semana Santa, fiestas, tradiciones...

Una de las series más bonitas, probablemente realizada por Arenas en 1928, es la que cubre la visita de Alfonso XIII a Málaga dos años después de que inaugurara el Hotel Príncipe de Asturias, hoy Miramar. El monarca subió al Castillo de Gibralfaro -que un año antes había dejado de ser un recinto castrense por un real decreto- seguido de las autoridades pero también de una turbamulta de niños, atónitos y felices porque con sus ojos estaban viendo a un rey en persona, con la ciudad al fondo y una Catedral de Málaga sin los obstáculos que irían tapándola a partir de los años siguientes.

Fechada en 1907, pero quizás de 1904, es también una visita anterior del monarca en la que puede verse a una pareja de guardia civiles de gala en la gran explanada en la que luego se levantarían los jardines de Puerta Oscura, los jardines del Ayuntamiento y el Parque, en los terrenos ganados al mar.

Una de las características de esta colección es además que muchas de las fotos están comentadas a mano en el reverso, en algunos casos identificando de paso uno a uno a los personajes que aparecen, lo que a estas alturas del siglo XXI es una aportación muy valiosa para contextualizar las imágenes. Es el caso de la foto de los bomberos municipales, que cuenta detrás, escrito a mano, que tras el incendio de la Aduana de 1922 lamentaron la escasez de material y pocos meses después les dotaron por fin de un equipamiento digno, con el que posan en una fotografía tomada en una Alameda Principal poblada de ficus de, por entonces, algo menos de medio siglo de vida.

Por su calidad, también llaman la atención las fotografías dedicadas a tradiciones malagueñas, como el Corpus Christi de 1927, en la que puede verse a las autoridades municipales y militares al paso de la procesión en un lateral de la calle Larios, con el suelo lleno de palmas.

En esta línea, de gran calidad, es una instantánea del Carnaval de Málaga de 1920 con el gran paseo de carruajes cerca ya del Muelle de Heredia, y eso que ese año fue un Carnaval problemático porque las autoridades prohibieron un día las máscaras, en un mes en el que la ciudad se quedó sin pan y hubo protestas.

En una de las fotos, fechada en 1925, asoman los Baños de Apolo, que estaban en la playa de la Malagueta, a la altura del Hotel Príncipe de Asturias, que se encontraba en plena construcción.

Cuando se publique el segundo reportaje con una selección de fotos La Opinión entregará la colección al CTI-UMA, por si finalmente permanece entre sus fondos y si no lo ofrecerá a otros archivos de la ciudad.