­Si usted piensa en un ángel, posiblemente lo imaginará con alas y túnica blanca mientras acaricia un arpa. Sin embargo, la medicina también obra milagros y los mejores de entre sus hombres y mujeres tal vez puedan ser tachados de ángeles sin que el adjetivo les sonroje. El nefrólogo Miguel Ángel Frutos, responsable de la Coordinación del Trasplantes del Sector Málaga durante el último cuarto de siglo, ha pedido el relevo. Deja su cargo el hombre que en 25 años se ha dedicado a regalar vida.

Su legado es inmenso: en una reciente entrevista en este periódico, recordaba que, cuando asumió el cargo, el 50% de las familias se negaban a donar órganos, cuando hoy el porcentaje no llega al 9%. Los hospitales de la provincia acumulan una experiencia de 1.000 donantes de órganos y cerca de 4.000 trasplantes de riñón, hígado y páncreas, y fue pionero en la donación en asistolia tipo tres -pacientes con un daño cerebral catastrófico con lesiones incompatibles con la vida cuyas familias donan los órganos-. Desde 2011, se contabilizan 27 donantes.

El doctor Frutos vive con intensidad todos y cada uno de los trasplantes, y por eso recuerda con emoción las horas previas a la intervención y la tensión que sufren las familias: «Todos se ponen muy nerviosos. Se les llama por teléfono, puede ser a cualquier hora del día o de la noche. Sobre todo se ponen nerviosos cuando son las primeras veces». Y defiende, una vez más, los valores sobre los que se asienta esta práctica médica que ha salvado a muchos, haciendo vivir a otros en el recuerdo de tantos para siempre: «Muchos escriben cartas contando sus sentimientos, se sienten muy bien, el recuerdo de la donación sobrelleva mejor la pérdida, porque piensan en las personas que han recibido los órganos».

El récord se logró en 2014, año para la historia: 203 trasplantes -145 de riñón, 45 de hígado y 12 de páncreas-. La donación es hoy una actividad creciente, con 36,8 donantes por millón de habitantes. Ahora se pueden controlar mejor las enfermedades crónicas o sacar, con un órgano nuevo, a alguien de una situación terminal y darle una nueva oportunidad.

«Es el final de una maravillosa etapa en la que he sido testigo excepcional de la puesta en marcha, en el Hospital Regional Universitario, de los tres programas de trasplantes de órganos, acontecimientos que han posicionado a nuestro hospital entre los centros líderes de Andalucía y de España, lo que me hace sentir especialmente orgulloso», dijo ayer a Europa Press.

En este cuarto de siglo, el equipo de Coordinación de Trasplantes ha sido reconocido en sus aportaciones ante los retos de cambios en el perfil del donante y por ser de los primeros de España en iniciar, en el 94, la donación con donantes fallecidos en parada cardíaca, a lo que se suma la incorporación de los donantes en asistolia.

Frutos es consciente del sufrimiento al que se enfrentan las familias donantes una vez que ven irse al fallecido, un momento en el que muchos dan un paso adelante y deciden donar sus órganos. «Constituye una de las experiencias profesionales que más me han impactado», destaca. «La gente se siente reconfortada y ese recuerdo les facilita pensar que la muerte puede cumplir un deseo, que esos órganos están funcionando».

Pese a todo, quedan retos por delante que, en poco tiempo, podrían ser superados: acabar con los anticuerpos que producen dificultades para la compatibilidad de los órganos de los donantes con los receptores; aumentar el número de donantes en asistolia tipo tres -ahora sólo se hace con riñones e hígados, pero en breve se podrá hacer con el páncreas- y, ya a más largo plazo, «los avances vendrán con la terapia regenerativa para restaurar órganos y que con algún tipo de implante de células pluripotencias se pueda hacer».

Su sustituto será el intensivista y actual coordinador de trasplantes del Hospital Virgen de la Victoria y máster en Donación y Trasplante de Órganos Sólidos, Domingo Daga, quien dijo ayer conocer a Frutos desde 1997 y haber iniciado de su mano su participación en este mundo. «Ha sido mi mentor y mi maestro en este campo de mi vida profesional, aprendiendo con él el complejo proceso de la donación», relató. Su fin es continuar el trabajo realizado hasta ahora optimizando las estrategias. ¿Quién dijo que los ángeles no podían sustituirse entre ellos?