­No habrá clases hasta nuevo aviso. La Cónsula está otra vez en el filo del abismo, si es que alguna vez ha dejado de estarlo en los últimos tiempos. La falta de liquidez, que impide la adquisición de productos, «muchos hay que pagarlos al contado aunque haya empresas que se hayan prestado a servirnos a crédito», según matizan los profesores, obliga a interrumpir el curso. De momento.

Tampoco se quiere dar una imagen de normalidad cuando no es cierta. «No hay posibilidad de funcionar», reconoce María Luisa Vargas, representante de los trabajadores de esta escuela de hostelería que ha sido referente turístico y gastronómico en toda Europa, dejada de la mano de Dios por la Junta de Andalucía, que continúa enredada en sus madeja burocrática.

Las vacaciones de Navidad han terminado, también para La Fonda, y no se ha producido ningún avance en el proceso de integración de ambos consorcios en el Servicio Andaluz de Empleo (SAE). Ni siquiera se ha elaborado el informe de la Intervención para comenzar las auditorías, como estableció el calendario aprobado en los último consejos, en los que también se acordó el balance final de liquidación y la contratación de estas auditorías. «Pero ese balance se aprobó condicionado al informe de la Intervención del consorcio y aún no ha emitido ningún informe». Al no emitir la interventora el informe no se puede certificar la aprobación definitiva de ese acuerdo. Aunque los auditores tienen todos los papeles, no pueden comenzar los trabajos de auditorías hasta que no se firme la carta de encargo y no se entregue el balance final de liquidación. El retraso es de un mes como mínimo, según ha podido saber La Opinión de Málaga. Y con él, también se demoran las expectativas de los trabajadores de regularizar su situación y percibir sus salarios. Y no hay un solo euro para garantizar el funcionamiento de la escuela, compra de mercadería, apertura del restaurante...

Los plazos se siguen alargando. «Ya hablan de marzo» para la integración de ambas escuelas en el SAE. «Hemos intentado ponernos en contacto con el director general de Formación para el Empleo, Manuel Jesús García, pero ha sido imposible porque está enfermo. También con el delegado del Gobierno de la Junta en Málaga, José Luis Ruiz Espejo», explicó Vargas, quien lamenta que no se pueda reanudar el curso de momento.

En la reunión mantenida ayer con los liquidadores, estos plantearon a las trabajadores dos opciones: o reiniciar el curso dentro de una relativa normalidad y comenzar las clases, «y ya nos buscaremos la vida para garantizar el suministro», pero los docentes seguirían sin cobrar, o sencillamente se aplazaba el reinicio del curso hasta que se culmine su integración al SAE, «mínimo hasta febrero». «Mientras tanto no hay posibilidad de nada», admite Vargas.

Los más perjudicados, junto con los profesores que no cobran, vuelven a ser los alumnos. Y la Junta de Andalucía sigue sin estar por la labor y sin encontrar la dichosa «herramienta financiera» para pagar su parte del presupuesto de urgencia para equilibrar las cuentas de las escuelas. Pero no llega el dinero.

Nadie se explica a qué se debe ahora este nuevo retraso, esta vez en la redacción del informe de la interventora, una funcionaria de la Junta de Andalucía elegida por la Delegación del Gobierno en el consejo general. «Se tarda poco en realidad en hacer un informe tan limitado y no encontramos explicación», señalan las fuentes.