«En 2013 le pregunté al director de la ONCE en Málaga y me dijo que sólo un 10 por ciento de los 1.700 y pico invidentes de la provincia conocían el braille» cuenta el melillense Antonio Manzanares, afincado en Málaga desde los 13 años. Este delineante jubilado de 70 años considera un fracaso el famoso método braille para que los ciegos puedan leer y a este escuálido porcentaje del 10 por ciento se remite.

Antonio Manzanares, que es un apasionado de los alfabetos y los números, le dio vueltas a la cabeza hasta que creó el alfabeto que ha llamado Manz-2 (Manz, es el comienzo de su apellido), pensado para hacerle la vida más fácil a los invidentes. «Me dije que el juego del dominó tiene 28 fichas y el abecedario 27, quité una ficha, el pito doble y empecé a asignar una ficha a cada letra del abecedario», explica. Como novedad, colocó además en primer lugar las cinco vocales para que no ocurriera como con el braille, también basado en seis puntos: «Como la letra A está en el puesto uno del alfabeto y la U en el 22, un invidente tiene que aprender las 21 primeras letras del alfabeto para saber las cinco vocales».

Con su sistema, la A corresponde a la blanca doble o doble cero, la uno blanca o uno cero a la E y así con todas las vocales, por lo que la B pasa a ser la cinco blanca o cinco cero.

Gracias a esta propuesta, advierte Antonio Manzanares, un invidente podría comunicarse por escrito con un vidente con toda facilidad. «Para mandar un email sólo tendría que usar el teclado numérico con los números del 0 al 6 y cada letra son dos dígitos». El delineante pone como ejemplo la palabra Hola, que se correspondería con los números 6-4/3-0/ 5-1/0-0. «Una vez que lo has aprendido, también lo puedes hablar», señala y resalta que en comparación con el braille «la forma de aprender es muy rápida».

Antonio muestra una cartulina en la que ha presionado con las fichas de dominó hasta crear la clásica escritura punteada del braille, sólo que tendría como base el dominó. El método de este melillense ha llegado hasta la comisión de braille de la ONCE y confía en que algún día pueda convertirse en una seria alternativa a este último método. Puede consultarse en su web http://invidentesmanz.blogspot.com.es/.

Alfabeto ovoidal. Pero las inquietudes de Antonio Manzanares no acaban aquí y de hecho, un par de años antes, en 2010, hizo suyas las preocupaciones de varios profesores que viven en su bloque, en la avenida de Carlos Haya: «Me contaban que los niños de 5 y 6 años llegaban y no sabían todavía el alfabeto porque es muy complejo. Son 27 letras y luego están las minúsculas».

Por este motivo, el delineante ha diseñado un ovoide como la forma primordial en la que se pueden escribir todas las letras del alfabeto y números del 0 al 9. Una forma sencilla que además diferencia mayúsculas de minúsculas sólo por un pequeño trazo inferior.

El Ministerio de Educación, al que expuso su nuevo alfabeto -al igual que a la Real Academia de la Lengua- le contestó en diciembre de 2013 y le señaló que «el método como tal podría emplearse como facilitador del aprendizaje para aquellos docentes que considerasen que es el método más fácil para el aprendizaje de la lecto escritura y su posterior transposición al alfabeto español».

Antonio Manzanares ofrece su alfabeto de forma gratuita a los profesores y colegios que estén interesados (http://abecedarioovoidal.es.tl).