Tras los excesos navideños en la mesa toca ajustar -literalmente- el cinturón. Es tiempo de propósitos: empezar o retomar la dieta ocupa el podio en la lista de retos a cumplir en el recién estrenado año. Entre las muchas que pueblan el universo de las dietas, famosas como la supermodelo Miranda Kerr o las actrices Demi Moore o Kate Winslet se apuntan a la sanguínea, ideada por los nutricionistas -padre e hijo- James y Peter J. D´Adamo. En el libro Los grupos sanguíneos y la alimentación, D´Adamo propone unas pautas alimenticias en función del grupo sanguíneo del individuo. «Se trata de una dieta que postula que nuestra salud está influenciada según nuestro patrón alimenticio pero también hay diferencia en base al grupo sanguíneo de cada persona», explica el dietista y nutricionista José María Martínez. El experto añade que esta dieta sostiene que, «con el objetivo de obtener un máximo beneficio sobre la salud (donde entraría el de adelgazar), cada uno debería comer de forma diferente según el grupo sanguíneo al que pertenezca».

Un grupo, un perfil.De este modo, cada grupo corresponde a un perfil: el grupo sanguíneo 0 correspondería al cazador-luchador y debería comer alimentos que se hacían bajo este perfil «excluyendo todas las demás (suponemos carnes y derivados)», dice Martínez; el grupo A sería el recolector-agricultor; el grupo B, el ganadero; y el grupo AB, «el más evolucionado, sería mezcla de los dos anteriores y podría beneficiarse de una dieta mixta más o menos», sostiene Martínez.

Entonces, ¿cuáles son los mejores alimentos para cada grupo sanguíneo? Los individuos del grupo O tienen un sistema inmunitario fuerte y un aparato digestivo capaz de metabolizar dietas ricas en proteínas, según los D´Adamo. Recomiendan frutas, verduras, hortalizas -excepto tomates- pescados o mariscos -pero no pulpo, salmón ahumado o caviar-, mientras que piden evitar lácteos, bebidas gaseosas o café. Los del grupo A, al parecer, tienen un sistema inmunitario vulnerable y les van bien las legumbres, frutas, soja o frutos secos. Pero les sientan peor la carne, la harina, lácteos, embutidos o sal. Si el que lee estas líneas es del grupo B ha de saber que los lácteos o frutas le van bien, mientras que debería evitar, según esta dieta, la carne de pollo o cerdo, entre otros alimentos. Finalmente, el grupo AB debería tomar lácteos, frutas -especialmente uvas, piña o frutas del bosque-, pescados o mariscos. La dieta pide evitar alimentos como carnes rojas, vinagre o pasta.

Respecto a sus bondades, Martínez opina que «en la actualidad no existe ninguna evidencia que otorgue validez a los supuestos beneficios sobre la salud de las dietas basadas en el grupo sanguíneo. Por lo tanto si no existe evidencia de esta validez, esta dieta no es recomendable». Además, resalta que «cualquier dieta que tenga nombre y apellidos es una ´dieta milagro´. La verdadera dieta es una buena educación nutricional y ayudar a ser a la gente crítica en su alimentación». Sin embargo, sí subraya que «es verdad, que estas dietas hacen una reducción del consumo de bollería industrial y productos azucarados, pero no enseña a la persona a comer bien». Añade que «cualquier tratamiento dietético debe ir supervisado» por un especialista.

Resultados rápidos y fáciles.En cuanto al perfil de personas adeptas a esta dieta, el nutricionista valenciano señala que, «según sus indicaciones, esta dieta sería apta para cualquier persona. Personas que quieren perder peso de una forma rápida, fácil y cómoda; diría que son las más aficionadas a buscar este tipo de dietas».