­El curso se acaba de forma precipitada para La Cónsula y La Fonda. Los liquidadores de ambos consorcios comunicaron ayer al jefe de estudios, profesores, tutores de cocina y sala y representantes de los trabajadores de ambas escuelas que se interrumpe cualquier actividad formativa ya que no se dan las condiciones necesarias para garantizar el funcionamiento normal de ambos centros. Más allá, incluso, de que los profesores volvieran a trabajar sin cobrar. Y lo hacen de forma indefinida, hasta que la Junta no pague su parte del presupuesto de liquidación aprobado en su día en el consejo general.

Como informó La Opinión de Málaga en su edición de ayer, la cuenta corriente de La Cónsula tiene un saldo negativo de 29 euros. Y en caso de que volvieran las clases, solo habría gas para alimentar los fogones durante tres días. Del todo insuficiente. Por este motivo, los liquidadores se han plantado ante los incumplimientos reiterados de la Junta de Andalucía que, por su parte, insiste en que continúa con el proceso de integración de las escuelas en el SAE.

Sin embargo, una cosa es este procedimiento, que en el mejor de los escenarios posibles no se llevará a cabo hasta los primeros días de marzo, según prevén los liquidadores, y otra distinta es que las escuelas no tienen ni un céntimo para continuar las clases. De hecho, los liquidadores han informado de que el curso legal para integrar a las escuelas en el SAE se mantiene «y el tiempo que requiera lo marcará la duración reglamentada de la Auditoría, cuyos trabajos ya han comenzado».

Pero este proceso nada tiene que ver con la imposibilidad de que las clases puedan reanudarse. El curso debió empezar el pasado 7 de enero «y no ha comenzado sencillamente porque no tenemos recursos económicos para afrontar los gastos que requiere la formación de los alumnos», explicó Carmen Sánchez, delegada de Personal de La Fonda.

Tan claro como que mientras que la Consejería de Empleo, Empresa y Comercio no encuentre la «herramienta financiera» que le permita pagar su parte del presupuesto de liquidación, las clases no se pueden iniciar porque no se puede garantizar la normalidad en las clases. Y los máximos perjudicados de todo este embrollo, además de los profesionales, que no cobran, son los alumnos de estos centros.

«Damos el curso por perdido», se lamenta Carmen Sánchez, a pesar de que desde la vuelta de las vacaciones de Navidad, y a tenor de que no se habían producido avances, «ya teníamos el cuerpo medio hecho».

La Junta volvió el lunes a intentar convencer a las plantillas de que volvieran al trabajo y normalizaran la vida formativa de las escuelas. Pero sin cobrar. También insistió a los liquidadores y les pidió que hicieran el esfuerzo de convencer a los docentes. «No paga a los profesores, no paga a los proveedores y pretende que parezca que ahí no ha pasado nada», critican las fuentes.

Y mientras tanto, la Junta sigue sin abonar su parte de 441.688 euros aprobada en el consejo general de La Cónsula celebrado el pasado mes de octubre, cuando el Ayuntamiento sí lo hizo en tiempo y forma y esto permitió pagar dos nóminas y algunas cuentas pendientes.

Se termina el curso sine die en La Cónsula y tampoco se abre, por tanto, el restaurante de la escuela. Un establecimiento que ha seguido siendo rentable y ha logrado ingresos muy superiores a los previstos, según se recoge en el balance de liquidación del consejo general.

Desde abril hasta noviembre de 2015, la actividad restauradora de La Cónsula ha obtenido 117.278 euros, 32.997 euros más de los inicialmente presupuestados. Y eso que no pasaba por su mejor momento. Sin embargo, ni siquiera todos estos reveses hicieron mella en su prestigio y desde que recuperó la actividad contó con reservas diarias y lleno de una clientela extremadamente fiel.

Con todo, plantilla y alumnos siguen preparando la gran manifestación que protagonizarán por las calles de Málaga capital el próximo lunesgran manifestación . Los grupos que componen el Parlamento andaluz (PP, Podemos, Ciudadanos e IU) están elaborando una carta que será remitida a Susana Díaz para denunciar la situación de abandono de estos dos centros de formación para el empleo, que han sido referencia gastronómica en media Europa, y que ahora sufren la desidia de la administración.