­Un ciudadano malagueño ha interpuesto una acción de cesación contra la aerolínea húngara Wizz Air por obligarle a facturar el equipaje de mano cuando iba a coger el vuelo de vuelta, presionándole incluso con que el avión iba a salir en breve. En total, hubo de pagar 45.000 florines por tres maletas de equipaje de mano, más de 148 euros, pero tras abonar lo solicitado ni se pesaron ni se midieron las mismas.

El afectado contrató cuatro vuelos de ida y vuelta en diciembre para ver a su hija en Budapest. En la vuelta, con menos equipaje que en el primer viaje, «un empleado de la compañía nos exigió el pago de tres cargos, uno por cada una de las maletas que portábamos como equipaje de mano, excluyendo una, sin razón aparente». Tras pedirle explicaciones a la aerolínea, porque «ni las dimensiones ni el peso excedían lo permitido, que el empleado de Wizz Air ni se molestó en comprobar, dado que solemos viajar con mucha frecuencia y nunca antes habíamos tenido problema alguno, y nos dijo que sólo teníamos derecho a llevar una bolsa de mano pequeña, y que en la ida debió haber un error al no exigirnos el pago».

Incluso, les llegó a asegurar que el avión saldría «inmediatamente». Ello les obligó a pagar 148 euros. Una vez abonado el precio, ni se pesaron ni se midieron las maletas, pese a que fueron en los compartimentos superiores y no en la bodega del aparato.

Una vez en casa, descubrieron que la aerolínea informaba de que cobraba por facturar equipaje. «Cualquiera que lea esto entiende que facturar equipaje es meterlo en la bodega», indica el afectado en su demanda. «El equipaje de mano que los clientes llevamos y transportamos hasta meterlo en los compartimentos superiores no es equipaje facturado, sino precisamente equipaje de mano en contraposición equipaje facturado» Por ello entienden que se trata de publicidad engañosa y cláusulas abusivas, en el sentido de que las medidas del equipaje de mano son mínimas (42 x 32 x 25 centímetros).