El éxito en la recuperación del Centro Histórico ha provocado que esté perdiendo su atractivo como zona para vivir. Cada vez se abren más negocios en sus principales calles, atraídos por el tirón turístico de Málaga. El problema es que la hostelería y las franquicias son las que copan los locales de las vías más transitadas, acabando con la mezcla de ofertas y generando cada vez más problemas de ocupación de superficie, ruidos, basura y pérdida del tejido comercial local.

Los riesgos parecen cada vez más evidentes y ya hay muchas voces que alertan de que el Centro se está convirtiendo en un escenario vacío, ocupado por bares y grandes cadenas comerciales, fundamentalmente de ropa, pero sin vecinos. Las estadísticas ya empiezan a mostrar datos preocupantes. Si en 2007 el núcleo histórico tenía 5.456 habitantes censados, en 2014 esta cifra había caído un 8,7% y se situó por debajo de los 5.000 habitantes, en concreto 4.944. Muy lejos de los cerca de 12.000 vecinos que había en estas calles hace cuarenta años.

El final de la renta antigua y la crisis económica se han aliado para desplazar a mucho comercio tradicional. La irrupción del turismo ha provocado la aparición de muchos locales hosteleros, tendencia que se ha reforzado por la apuesta de pequeños inversores que buscan en este dinámico sector una salida a la parálisis económico, aunque eso ha producido una pérdida de profesionalización.

El cierre de Pérez-Cea, Ceisa, Orly, Nicolás o Tomé en los últimos años, por poner algunos ejemplos, ha supuesto la desaparición de una parte importante del comercio tradicional malagueño. Otros corren el riesgo de desaparecer o, al menos, desplazarse de sus ubicaciones antaño privilegiadas, como la zapatería Antonio Parriego, en vías de traslado ya que el fin de la renta antigua le ha multiplicado por cinco el alquiler del local, hasta los 20.000 euros al mes, lo que le obligaba a vender 236 pares de zapato diarios para sostener este gasto.

Este ejemplo, lejos de ser anecdótico, muestra cómo las grandes cadenas se hacen con los mejores locales para copar la oferta comercial, que pierde variedad al centrarse en el sector textil.

Terrazas

A esto se une la explosión de la hostelería, que conlleva aparejada la extensión de las terrazas. El 40% de las autorizadas en la ciudad se encuentran en el Centro Histórico, donde se suman más de 400 licencias para poner mesas y sillas en la calle, según datos del área municipal de Vía Pública. En cinco años se han duplicado y eso se ha notado en la imagen de la ciudad.

El 80% de los locales en las principales calles del núcleo histórico lo ocupan franquicias de ropa y locales de hostelería, que en calles como Sánchez Pastor, Calderería, plaza de Uncibay o Molina Lario superan el 50% de los locales.

Un informe del Observatorio del Medio Ambiente Urbano (OMAU) pone el dedo en la llaga. El objetivo original de la peatonalización y renovación urbana del Centro se ha alterado por la aparición de locales hosteleros y el incumplimiento de la ordenanza. Las calles se llenan de terrazas, en muchos casos por un uso excesivo de los Planes de Aprovechamiento que conceden más metros, pero además se ahoga al comercio con la instalación de cerramiento en los toldos -que no están permitidos- y la colocación de mesas y sillas fuera del espacio autorizado.

Esta situación da lugar a la paradoja de que el comercio cierra, en muchos casos invisible para el comprador por la presencia de terrazas, y se pone otro local hostelero, agravando el problema.

La oferta comercial y de ocio se simplifica, ya que se pierde variedad para el malagueño y para el turista, además de generar numeroso problemas de convivencia con los vecinos. Exceso de ruido, falta de zonas de paso para el peatón, alteración de las fachadas de edificios históricos con carteles y toldos y más generación de basura.

Cambios en marcha

Los excesos en el Centro han obligado al Ayuntamiento a replantear la situación con una propuesta de reforma de la ordenanza de ocupación de la vía pública, que por lo pronto parece que va a asegurar un mayor espacio para el peatón en detrimento de las terrazas. Como mínimo serán dos metros de paso expedito, eliminando las mesas y sillas que supongan un obstáculo, en especial en las calles más pequeñas. No obstante, también está sobre la mesa la propuesta de Urbanismo y el OMAU, que hablan de tres metros de paso libre mínimo.

El debate está ahora abierto, con los grupos municipales apoyando una reforma de la ordenanza que además vaya acompañada de su cumplimiento, ya que achacan al Ayuntamiento de cierta dejación. No obstante, la concejala de Vía Pública, María del Mar Martín Rojo, apuntó que se han hecho varias batidas de inspecciones en el Centro y Teatinos durante el último trimestre y que se realizarán acciones similares con cierta frecuencia.

El informe del OMAU apunta a varias causas que pueden estar detrás de los problemas de las terrazas. La actual ordenanza tiene un complejo sistema sancionador, que ralentiza la imposición de multas y de retirada de mobiliario, lo que resta efectividad a la inspección. Además, alerta de los planes de aprovechamiento, que recomienda eliminar, ya que permiten ocupar más espacio del que contempla la ordenanza. Esto altera zonas del Centro recuperadas para el vecino, como la plaza de las Flores.

También plantea limitar el horario en las terrazas para atenuar el ruido que generan, cerrando a las 00.00 horas en días laborables y a la 1.00 los fines de semana.

PSOEConsenso con los vecinos y hacer cumplir la ordenanza

La concejala del grupo socialista Lorena Doña hizo un llamamiento al equipo de gobierno a reforzar el consenso con los vecinos en la elaboración de la nueva ordenanza de ocupación de la vía pública, además de contactar con otros sectores implicados en este problema como hosteleros, comerciantes, hoteleros y los propios grupos municipales. «No se trata de que no haya terrazas, sino un término justo para que haya convivencia entre comercio, terrazas y peatones». Además, reclama que se haga cumplir la ordenanza.

CiudadanosBuscar soluciones calle por calle en el Centro Histórico

El concejal de Ciudadanos Alejandro Carballo planteó la necesidad de regular las terrazas en el Centro calle por calle. Carballo subrayó que en el núcleo histórico «hay que huir del trazo grueso» ante las grandes diferencias que hay entre las calles. Así, planteó la necesidad de buscar un consenso mayor en las soluciones que se den a cada una de las calles y reclamó una mayor exigencia de cumplimiento de la ordenanza, abriendo la puerta a cambiarla siempre que sea para encontrar soluciones.

Málaga AhoraDejar más espacio para el paso de los peatones en las calles

La portavoz de Málaga Ahora, Ysabel Torralbo, criticó la excesiva ocupación de las terrazas en el Centro, por lo que reclamó que se tomen medidas lo antes posible. En este sentido, se alineó con las tesis de Urbanismo, que propone ampliar a tres metros el paso que debe quedar libre para los peatones y recordó que se debe evitar casos como el de la plaza Mitjana, donde los propios locales han tenido que buscar una solución porque no podían llevar adelante sus negocios. Tampoco ve con malos ojos una moratoria.

Izquierda UnidaPlanes contra la desigualdad y el desempleo

El portavoz de IU-Málaga para la Gente, Eduardo Zorrilla, recordó que el exceso de ocupación es un tema «que llevamos denunciando desde la anterior corporación». Zorrilla apuntó que no es sólo un problema de ocupación de la vía pública, sino también de ruido y lamentó el «cultivo intensivo de la hostelería sobre otros usos, como el residencia», privatizando además las calles al aprovecharse de la inversión pública. Reclamó una nueva ordenanza más racional y que cuente con la participación vecinal.