­El objetivo de acabar con el papel en la justicia a partir del 1 de enero de 2016 es, de momento, un fracaso sin paliativos. Nadie habla bien del sistema de notificación digital Lexnet y, ante sus repetidos fallos, hay jueces que han empezado a cortar por lo sano. El juez decano de Marbella acordó el 16 de enero pedir a los abogados y procuradores de su partido que, además de enviar los asuntos por el programa, los presenten físicamente, algo que tienen que hacer estos operadores jurídicos «ante la escasez de suministro de papel suficiente para la impresión de los escritos presentados» por internet.

El decano incide en la escasez de «medios materiales en los juzgados» y recuerda que el volumen y extensión de las demandas y escritos es importante. Aún no está implantado el expediente digital, y «ha de continuar el formato papel», precisa en su acuerdo, para añadir que toma su decisión «sin perjuicio de la obligación de los profesionales de presentar las copias en el Registro de entrada en tres días». Ello, a fin de evitar «la paralización por un posible abastecimiento de papel».

Así, pide a las delegaciones marbellíes de los colegios de abogados y procuradores que, al día siguiente del reparto de cada demanda o escrito iniciador, presenten «en el Registro de Entrada el original o una copia adicional»; en cuanto a la contestación de demandas u otros escritos, «habrá de presentarse original o copia» en tres días al juzgado que le corresponda.

Eso ocurre en Marbella, pero en la capital los problemas tampoco son menores. Hace unos días el sindicato SPJ-USO calificó Lexnet de «caos» y criticó que muchas demandas no llegaban al juzgado o lo hacían de forma incompleta al presentarlas abogados y procuradores por este sistema. Ayer, STAJ aseguró que el proyecto es un «desastre» y la lista de incidencias, «infinita». El programa va lento, devuelve escritos de forma errónea, no está integrado en los sistemas de gestión, tiene una capacidad limitada y hay errores en la entrada de los documentos, entre otros, dice la demarcación andaluza del sindicato.

El decano del Colegio de Procuradores de Málaga, Francisco Bernal, también fue ayer contundente: «Si te digo que funciona mal, me quedo corto». Asegura que los profesionales pasan una hora y media cumplimentando los campos y ajustando los documentos escaneados, «un suplicio», y luego, a la hora de enviar las demandas, «la plataforma funciona mal, porque sólo carga 10,2 megabytes, y sólo manda los folios hasta esa capacidad. El resto hay que imprimirlo o llevarlo en CD al juzgado».

Bernal denuncia que hay demandas que llegan incompletas a los órganos, otras directamente las rechaza y hay que imprimir decenas de páginas y llevarlas a la Ciudad de la Justicia. Hay abogados y procuradores que, tras enviarlas por Lexnet, las llevan ellos mismos imprimidas, según explicaron Bernal y algunos de los afectados.

«A veces no sabemos si han llegado, si los han admitido y hay que llevarlos en papel», aclara. Eso, por no hablar de los plazos, que no saben cuándo empiezan a correr en ocasiones, y «de la inseguridad jurídica» para el cliente. «El perjuicio es para el justiciable», sentencia el decano de los procuradores.

El Ministerio de Justicia es el que pone en marcha el sistema y la Junta, la encargada de hacerlo compatible con Adriano, el sistema de gestión de los juzgados.