Málaga es una tierra que sabe lo que es sentir terremotos. Al menos se producen cada año una treintena de movimientos sísmicos, aunque la mayoría son tan leves que los ciudadanos ni siquiera llegan a notarlos. Sin embargo, en las últimas décadas sí que se han registrado varios seísmos que sí alarmaron a la población, pero sin causar daños personales. El más reciente fue el de Alhucemas, en 2004, que dejó casi 600 muertos en territorio marroquí, y diez años antes, en las navidades de 1993 y comienzos de 1994, varios temblores con epicentro en Almería también tuvieron repercusión, aunque más leve, en la provincia.

Para recordar un terremoto con víctimas mortales de Málaga hay que viajar en el pasado hasta 1884. Fue en la noche del 25 de diciembre, también en plenas fiestas. Aquel día de Navidad se registró un seísmo con una intensidad de entre 5,8 y 6,7 y que dejó entre las provincias de Granada y Málaga casi un millar de muertos y unos 1.500 heridos, además de 4.400 casas derruidas y 13.000 casas inhabitables.

Aquel seísmo, conocido como el terremoto de Andalucía, duró unos 20 segundos y tuvo su epicentro en la localidad granadina de Arenas del Rey, en la zona limítrofe con la Axarquía, donde se produjeron las mayores afecciones en territorio malagueño. Así, afectó a Periana, Canillas de Aceituno y Alcaucín y sus efectos también llegaron a la localidad de Antequera, según la información que recoge en su página web el Instituto Andaluz de Geofísica.

En Canillas de Aceituno, el 15% de las viviendas acabaron destrozadas y un 65% sufrieron daños graves, con seis muertos y 35 heridos. En Periana, registraron daños el 60% de las casas de la localidad y hubo 44 muertos y 80 heridos, y debido a los graves efectos se tuvo que construir un nuevo barrio. Y en Alcaucín, el 30% de las casas sufrieron graves daños, con 22 viviendas destrozadas por completos y un balance de seis muertos.

Antes en el tiempo, la provincia de Málaga sufrió otro grave terremoto en el siglo XVII. Fue el 9 de octubre de 1680 y el fuerte movimiento sísmico provocó centenenares de muertos y casas derruidas en buena parte del Valle del Guadalhorce, afectando a las localidades de Alhaurín el Grande, Alozaina, Coín, Cártama y Pizarra. También dejó daños en Mijas y en Málaga un 20% de las casas quedaron derruidas y otro 30% prácticamente inhabitables. En Málaga, el 20% de casas derrumbadas y el 30% inhabitables. El Instituto Andaluz de Geofísica también recoge que el terremoto derribó numerosas torres y llegó a sentirse en Castilla.

Los seísmos más alejados en el tiempo de los que hay constancia en Málaga ocurrieron en los siglos XV y XVI.