­La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a cuatro años y ocho meses a cada uno de los tres miembros de una banda que entró a robar en una vivienda de Málaga capital tras abordar al dueño, que en ese momento salía de la casa, a punta de pistola. Llegaron a maniatarlo y golpearlo con el fin de que revelase dónde tenía escondido el dinero, a lo que finalmente accedió.

Los procesados han sido condenados por un delito de robo con violencia e intimidación, con la agravante de disfraz, y una falta de lesiones. Además de los cuatro años y ocho meses de cárcel a cada uno de ellos, la Sala los castiga con sendas multas de 600 euros, así como con el pago de diversas indemnizaciones por los efectos sustraídos y los daños sufridos por el dueño de la casa.

Los hechos ocurrieron a las nueve de la noche del 28 de noviembre de 2014, cuando Y. T. R., I. B. y F. F., «puestos de común acuerdo y con el propósito de obtener un beneficio patrimonial indebido», se concertaron para asaltar una vivienda ubicada en la capital.

Así, «llevaban sus rostros parcialmente tapados, desde la nariz hacia abajo, con bragas de cuello para dificultar su identificación, y se dirigieron al piso que constituye el domicilio habitual» de un magrebí cuyas iniciales son A. E. M. Entre los asaltantes, hay otros dos magrebíes y un sudamericano, según la sentencia.

Cuando el perjudicado salía de la vivienda, «lo abordaron, portando cada uno de ellos una pistola cuyo carácter real o simulado no consta, y le obligaron por la fuerza a entrar de nuevo en su interior». Dice la Sala que luego lo golpearon y lo obligaron a entrar en una habitación, «donde le ataron las manos y los pies con bridas de plástico y lo tiraron al suelo».

En este orden de cosas, luego le volvieron a golpear en la cabeza y en la cara y le colocaron las pistolas en el cuello, «introduciéndole en la boca un trozo de camisa, mientras le exigían que dijera dónde estaba el dinero y las joyas», precisa el tribunal.

Ante estos golpes y amenazas, el perjudicado les indicó dónde guardaba el dinero, en concreto en el comedor, dentro de una caja de CD, pero no la encontraron. «Lo arrastraron hasta el salón para que se lo indicara», precisa el tribunal.

Una vez allí, uno de ellos cogió 1.500 euros, un iPhone valorado en 444 euros y un reloj tasado en 150 euros, «golpeándole en la cabeza con la pistola». Asimismo, se hicieron con 200 euros que el perjudicado llevaba en la cartera, dándose después todo el grupo a la fuga «tras propinarle dos puñetazos en la cabeza». Luego, se subieron en el vehículo de uno de ellos y lograron huir del lugar de autos.