El informe elaborado por el Ayuntamiento de Málaga, en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid, ha corroborado lo que las asociaciones vecinales denuncian desde hace años, y es que el ruido en distritos como Teatinos y el Centro supera notablemente el límite establecido de 55 decibelios. Por ello, ahora los residentes de las zonas más afectadas exigen que se cumplan las medidas contra la contaminación acústica y se controle las aperturas de locales y los horarios.

La presidenta de la asociación El Romeral contra el Ruido, Virginia Martín, afirma que gracias a la presión vecinal se ha conseguido que se vayan a adoptar medidas. La asociación, que está operativa desde el año 2007, exige que se limite la apertura de locales de ocio, que se restrinjan los horarios, y que se recorten las terrazas. «Algunos locales están abiertos hasta las tres de mañana entre semana», aseguró ayer Martín.

Además, señaló que algunas de las zonas más ruidosas son la avenida Plutarco, la calle Andrómeda, la calle Eolo y la calle Margarita Xirgu. «Queremos que se adopten medidas contundentes, no tonterías como poner una pegatina de la campaña de concienciación en la puerta del local», declaró, incidiendo en que el ruido nocturno provoca «trastornos de convivencia y de salud bastante importantes».

Por su parte, la presidenta de la asociación de vecinos Centro Antiguo, Esther Ramírez, afirmó que no buscan ningún tipo de enfrentamiento con los hosteleros, simplemente que haya un cumplimiento de la normativa.

La presidenta apuntó que los lugares más ruidosos son la calle Álamos y la calle Capitán y que se ha constatado que hay zonas en las que ya no vive nadie: «En el censo actual somos 6.000 vecinos y cada vez somos menos, el ruido ha provocado que haya un 28% menos de vecinos».

Además, Esther Ramírez recordó que «el Centro Histórico es un barrio residencial como otro cualquiera. No hay ningún fin de semana en que no haya eventos, lo que hace totalmente incompatible un uso residencial del Centro».