Desde 2003, la Escuela Canina Municipal «Quercus» tiene como objetivo la difusión de la cultura del perro a través de los deportes caninos, integrados en la ciudad. Así lo describe David García, coordinador de la escuela, que lleva desde 1991 en la profesión y con más de 8.000 perros adiestrados.

Este concepto de escuela apoyada por los ayuntamientos es totalmente pionero en España, ya que pone a disposición de los propietarios y de sus animales un espacio exclusivo para la educación, el deporte y el esparcimiento dentro del casco urbano, con un acceso privilegiado y un servicio flexible para que se pueda adaptar a las necesidades de cualquier persona.

Este año, la escuela va a organizar, junto con la Real Sociedad Canina de España (RSCE), la XXI Copa de España IPO, que se celebrará por primera vez en Málaga entre los días 5 y 6 de marzo. Este evento fue presentado en la mañana de ayer, con la presencia del portavoz del equipo de gobierno municipal de Málaga, Mario Cortés, y el gerente de la sociedad «Málaga Deporte y Eventos», José del Río, además del coordinador de la escuela canina.

En el evento participarán los mejores 40 binomios (guías-canes), que previamente han pasado por un clasificatorio regional y que llegan a Málaga buscando el título de Campeón de España de perros de trabajo y utilidad. Además, los cinco primeros puestos del torneo dan acceso al equipo nacional, que representará a España en el Campeonato del Mundo, que tendrá lugar en Nova Gorica (Eslovenia).

La filosofía de «Quercus» es mejorar la integración de los perros en nuestra sociedad a través de medidas positivas de formación y educación, además de hacer a los dueños disfrutar más del animal mejorando su entendimiento y compresión mutua.

Para conseguir todo esto, la escuela ha desarrollado un sistema de educación canina llamado CITYDOG. Este sistema se basa en tres pilares fundamentales: mejorar la relación social jerárquica, adquisición del lenguaje de comunicación y fomento de las habilidades naturales, para que el perro se sienta útil.

El sistema de trabajo se basa en clases en grupo con más perros, en las que los canes y el dueño aprenden nuevas habilidades asesorados por un monitor que se encuentra con ellos en la pista de trabajo.

«El ritmo de entrenamiento es como el de un gimnasio, de dos clases por semana para no agobiar al perro, sobre todo a los que están empezando», decía David García, y añadió que «se entrena más o menos dependiendo del perro, hay algunos que entran en una rutina y cuanto más entrenan, más alegres están».

El entrenamiento no distingue razas ni edad en los perros, pero el coordinador de la escuela comentó que «lo más recomendable es que se empiece desde pequeños, ya que a veces se han intentado educar y puede resultar más difícil inculcar nuevos hábitos, aunque lo acaban consiguiendo».