­La apuesta del Hospital Materno Infantil por empatizar con las familias se materializó en julio del año pasado con una de las grandes apuestas de la unidad de gestión clínica: el Hospital de Día Obstétrico, un servicio más dentro del entramado de unidades y salas de este gran edificio que da más naturalidad e intimidad a las mujeres embarazadas de riesgo.

La directora de la Unidad de Gestión Clínica de Ginecología y Obstetricia, Ana Belén Espejo, cuenta que fue una apuesta que partió de la sensibilidad de las profesionales de enfermería, que también han permitido que en los últimos años se haya fomentado el uso de habitaciones individuales, pese a que ello suponga un plus de trabajo.

Desde entonces, las mujeres de riesgo que no están en una situación extrema acuden a diario al hospital para un seguimiento sin necesidad de estar ingresadas allí. Se trata de la «ambulatorización» del ingreso hospitalario y las embarazadas acuden para un seguimiento exhaustivo en el que las monitorizan, hacen ecografías y análisis. «lo que sea preciso», señala Espejo, que admite que no todas las patologías son susceptibles de acabar en el Hospital de Día.

Las mujeres que se benefician de estos casos son aquellas que padecen amenaza de parto prematuro, preeclampsia leve o líquido amniótico en disminución. «A ellas les da seguridad y eso ha permitido despejar la planta e individualizar más las habitaciones», señala la directora, que admite que la planta de riesgo antes tenía una ocupación del 70% y que ahora se ha reducido hasta rozar el 40%. Cada día citan a alrededor de cinco mujeres a las que sólo se les piden unos pocos requisitos: cuidarse y estar en reposo y no irse de la ciudad.

Otro de los grandes pasos que ha dado el centro ha sido el del Programa de Alta hospitalaria a domicilio. El director de Neonatología, Enrique Salguero, reconoce que se ofrece sólo a algunos padres: aquellos que llevan mucho tiempo con su hijo ingresado, para lo que se les entrena. «A veces se van con oxígeno, otras veces con una sonda nasogástrica», explica el médico, que destaca que el seguimiento es diario, o bien a domicilio o telefónico. Cada año se benefician de este servicio entre 30 y 40 bebés, que se van con sus familias a casa con el objetivo de tener una vida lo más normalizada posible.