­Si ha aprendido algo sobre la vida, es que ésta se asemeja a un chasquido con los dedos. Tan pronto en lo más alto, a golpe de tacón y sin darte apenas cuenta, te encuentras deambulando por las calles de Málaga y buscándote la vida. Al final, lo único que le ha quedado a Eduardo después de tantos años es su voz. La mecánica siempre es la misma y se repite de manera milimétrica todos los días. Pecho para fuera, estomago para dentro. Hasta la punta de sus dedos llega la tensión y las venas empiezan a hincharse de sangre como para abastecer a media ciudad de transfusiones. A pesar de haber convertido su día a día en un bucle permanente, Eduardo no se caracteriza por regalar su arte. «Enamorao de ti». Nadie como él para centrifugar la canción de Los Chichos, hasta el punto de que cada malagueño con algo de calle se conozca ya al dedillo el estribillo que llevó a la fama a estos gitanos melenudos a finales de los 70.

Cuando entona Eduardo, El Chamorra para el gremio de artistas, suena diferente. Nadie como él para unificar todo aquello que puede ofrecer una única exclamación a pecho abierto: dolor y liberación, entrega y furia, impotencia y obstinación. En un resumen de todas las experiencias vividas por quien es ya uno de los grandes clásicos de las calles de Málaga, Eduardo ha optado por el cante como terapia para no caer en el abismo que se ha tragado a la tercera parte de esa generación que creció con él.

Aunque forme parte de la memoria colectiva de los malagueños, ya van dos generaciones que desconocen los detalles de la vida entrecortada de este superviviente callejero que, a base del flamenco que lleva dentro, ha logrado alcanzar un elevado grado de popularidad entre el variopinto elenco de buscavidas que deambulan todos los días por capital.

Las huellas perdidas de Eduardo. Un equipo de jóvenes profesionales del audiovisual se ha empeñado ahora en rastrear las huellas de Eduardo y está radiografiando su vida con un documental titulado a su imagen y semejanza: Enamorao de ti, un proyecto sobre la vida de Eduardo Chamorro, el cantaor flamenco popular de Málaga . «Todos lo conocen, pero poco se sabe sobre él», explica Tomás Romero. Junto a otro malagueño, Víctor Tapies, dirige este proyecto que ahora está pendiente de obtener los fondos necesarios para cubrir los gastos del rodaje y poder seguir adelante. Para ello han optado por la vía del crowdfunding y ya han subido un teaser a la plataforma Verkami. Se trata de los primeros meses del trabajo con Eduardo.

Así, menos es más y se ven imágenes sobrias que componen el ecosistema de El Chamorra. Desde el barrio de Lagunillas, hasta las calles del Centro Histórico y pasando por Pedregalejo, se mezclan con momentos de reflexión que se traducen en una introspección de un personaje que va mucho más allá de su imagen estereotipada. «Para nosotros, Eduardo representa la Málaga del margen. Una Málaga distante de la imagen turística que el consistorio insiste en proyectar de puerta para afuera, pero de la que al mismo tiempo, se complementa. Muchos malagueños han vivido del turismo durante años, algunos por las buenas y otros por las malas. Eduardo es uno de ellos», reconoce Tapies.

Si todo sale como está previsto, el resultado final de Utopicah Films, así se llama la productora, se verá en noviembre.