La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a un empleado de un establecimiento de restauración del Paseo de los Tilos por abusar sexualmente de una joven que se hallaba inconsciente tras haber estado bebiendo con unos amigos toda la noche. La mujer se despertó justo cuando el encausado cometía los abusos y le pidió que parase, pero él le dijo que se estuviera quieta porque "lo estaba haciendo muy bien". Además de la pena de prisión, el encausado ha sido condenado a indemnizar a la perjudicada en 4.500 euros y no podrá acercarse a menos de 500 metros ni comunicarse con ella durante ocho años.

La sentencia, que ha sido notificada esta misma mañana, considera probado que el 9 de diciembre de 2011 la denunciante se encontraba, junto a su amiga, en un establecimiento del Paseo de los Tilos, a cuyo dueño conocían, así como también había un amigo de las mujeres y un camarero. "Una vez que cerró el establecimiento al público, los anteriormente mencionados siguieron en el bar tomando bebidas alcohólicas". Ya por la mañana, en torno a las 7.00 horas, la denunciante estaba "en estado de embriaguez y fue conducida al piso superior del local, donde hay un espacio para que puedan descansar los empleados (camas, colchones) por sus dos amigos. Estaba en tal estado, que ni siquiera podía subir las escaleras por ella misma.

Poco después, la amiga quería irse a su casa y subió a buscar a la perjudicada, considera probado el tribunal, a la que se encontró dormida en una cama. "Pese a que intentó despertarla, llegando a zarandearla levemente, no consiguió que esta despertase ni hablase, marchándose a continuación junto con su amigo", dice la Sala.

Acto seguido, el imputado subió a la habitación en la que se encontraba dormida la víctima, y, "con ánimo libidinoso y aprovechando el estado inconsciente de la misma, la desnudó parcialmente, manteniendo relaciones con ella", sin que ésta apenas se apercibiese de lo que ocurría, "despertándose cuando el imputado se encontraba sobre ella, intentando zafarse del mismo sin conseguirlo, debido al estado en el que se encontraba". Luego, el acusado le sujetó las manos y le dijo: "Estate quieta que lo estabas haciendo muy bien".