El calendario para la tradicional puesta a punto de las playas continúa sin entusiasmar a los principales actores del entramado turístico de la Costa del Sol. Si en los últimos días fueron algunos de los municipios los que mostraron su oposición a la planificación elaborada por el Gobierno, que por segundo ejercicio consecutivo reserva las principales obras y reposiciones de arena para después de la Semana Santa, ahora son los colectivos sociales, testados al respecto por este periódico, los que manifiestan su descontento y exigen mayor antelación en la colocación de los aportes. Ni a la patronal andaluza ni a CCOO, entre otros, les gusta que se empiece tan tarde a enderezar al litoral. Además, y en esto se unen los responsables de los chiringuitos, reivindican soluciones «estables y permanentes» que rompan de una vez por todas con el suspense con el que arranca habitualmente la temporada.

Uno de los discursos más críticos pertenece al sindicalista Gonzalo Fuentes, que no entiende que no se haya atado todavía con reformas y presupuesto el inicio del curso turístico, que en la costa está marcado con la fecha en rojo del Domingo de Ramos. El responsable de CCOO habla de un «despropósito» que, en su opinión, golpea sobre el tejado de otro problema sin resolver, el del saneamiento de las aguas, en este caso, con protagonismo en negativo de la Junta, que sigue sin despejar los proyectos pendientes, pese al cobro sistemático del canon aprobado con el objetivo de financiarlos. «Estamos en un año clave a nivel turístico y no puede ser que persistan estas sombras sobre un elemento clave como son las playas», resalta.

En la división del sector de la Confederación de Empresarios de Andalucía, su máximo representante, Miguel Sánchez, también da un toque de atención para que se acelere con las actuaciones previstas y la Semana Santa se inicie con todo el litoral en perfecto estado de revista. «Me parece que se yerra con la planificación. Salvo motivo técnico de peso la regeneración debe completarse antes», resume.

La Subdelegación del Gobierno explicó el pasado martes que su programación, que no cree, en cuanto a fechas, tan insólita como denuncian sus detractores, se justifica en el buen estado que a su juicio presentan la mayoría de las playas, con la excepción de la zona de San Pedro de Alcántara, en Marbella, donde se estudia la posibilidad de intervenir de urgencia con la incorporación de nuevos revestimientos de arena. Manuel Villafaina, portavoz en la provincia del gremio de los chiringuitos, interpreta la decisión de la administración en términos de anticipación a posibles tormentas. «En esta época todavía es normal que haya temporales y lo mismo se ha optado por aplazar los trabajos para no tener que llevarlos a cabo dos veces», subraya.

La última vez que la Semana Santa comenzó diez días antes del primero de abril, en 2008, cuando el Domingo de Ramos cayó incluso con antelación, el 16 de marzo, el Gobierno resolvió las carencias de las playas con una inversión de hasta 12 millones en las semanas previas, si bien es cierto que muchas de las actuaciones tuvieron que ver con la corrección de los daños de los temporales.

El responsable de los chiringuitos coincide con el resto de organizaciones en demandar soluciones definitivas para la fragilidad de la Costa del Sol, que continúa estando, y como castigo a los excesos de anteriores décadas, prácticamente en manos del régimen de vientos y de la inercia perversa que mezcla cada año en una proximidad alarmante las estampas de la destrucción y de la regeneración posterior. Las playas se borran con los temporales para volver a nacer más tarde con la maquinaria y la reposición de arena, lo que no deja de preocupar a los agentes turísticos: «Habría que seguir avanzando en la línea de lograr al fin una solución», puntualiza.

El secretario provincial del PSOE, Miguel Ángel Heredia, insistió ayer en demandar al Gobierno que cumpla con su compromiso y ponga todos los medios disponibles a su alcance para mejorar el estado de las playas y garantizar su uso por parte de los turistas durante la cada vez más próxima Semana Santa. «No se entiende que dejen el arreglo en manos de los ayuntamientos», puntualizó. De acuerdo con el responsable socialista, cualquier titubeo en el aspecto del litoral supone un perjuicio para el sector y para las expectativas económicas de la provincia, que se ha acostumbrado en los últimos años a tener al turismo como su principal horizonte de progreso y de generación de empleo.