­Nueva escalada de tensión en la polémica que mantienen los abogados con los jueces en relación a los juicios. El juez decano de Málaga, José María Páez, quiso contestar ayer tanto a la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, como al decano del Colegio de Abogados de Málaga, Francisco Javier Lara, después de que la primera se hiciera eco de un informe del segundo en el que se pretendía demostrar que los jueces de la Ciudad de la Justicia señalaban menos juicios los viernes o en las vísperas de las vacaciones, lo que, «aparentemente», no tenía relación con la sobrecarga de trabajo que soportan.

Páez tachó el informe de «poco riguroso» y destacó que cada año se celebran en la capital más de 50.000 juicios. «Los jueces se matan a trabajar», precisó.

De cualquier forma, Páez ha hecho un profundo análisis de los señalamientos y destacó ayer que el informe se ha realizado con los días que señala cada juez, y comienza indicando que «no ha tenido conocimiento oficial del informe» de los abogados. Lo que viene a decir el decano de los togados es que un juez no sólo ha de presidir juicios, sino que debe destinar mucho tiempo a tomar declaración a los ciudadanos, hacer providencias y autos o atender a los abogados y organizar el trabajo de su juzgado. Es decir, un magistrado no sólo trabaja cuando está en la sala de vistas, sino que, por poner un ejemplo, debe dedicar tiempo para redactar una sentencia. La de Malaya, verbigracia, tardó 15 meses en ser confeccionada.

El decano recuerda que el trabajo de los jueces «no se limita solo y exclusivamente a la celebración de juicios, la vista es sólo una parte del procedimiento pero cualquier asunto hay que tramitarlo, dictar la sentencia y ejecutarla». Además, los juzgados celebran dos y tres sesiones de juicios por semana, pero un juez de Familia no señala igual que uno de Contencioso-Administrativo, una jurisdicción esta con procedimientos más complicados que se tramitan por escrito y no es necesario fechar vistas. «Es como comparar los juicios que celebra el Supremo con los de una Audiencia Provincial».

Recuerda Páez que los jueces se sustituyen entre sí. «El único periodo vacacional es el estival, por lo que en la época posterior y anterior a agosto además de los jueces, los funcionarios, los letrados de la Administración de Justicia, los fiscales también disminuyen su actividad al ver mermados el número de efectivos pues no se contratan sustitutos», aclaró. «Carece de lógica señalar juicios justo antes de agosto cuando la plantilla no está completa, para dedicar este mes al estudio y dictado de sentencias», precisa.

Respecto a la Navidad y la Semana Santa -tres días hábiles en relación a la última-, no se ha quejado nadie por la falta de juicios, antes al contrario, «la pretensión de señalamientos en estos periodos supondría una dificultad añadida a todos los profesionales que no cuentan con nadie que les sustituya en sus despachos y así lo han hecho saber muchos de ellos».

Los días de señalamiento, asimismo, no determinan la laboriosidad de los jueces, y hacerlo es «inaceptable». De media, cada juez celebra diez juicios cada vez que está en sala por día. «El exceso de días de juicio afecta a la buena marcha del juzgado pues el juez debe dedicar tiempo a la oficina, a los asuntos, a atender profesionales, a las partes», apunta Páez.

En la Semana Blanca de 2014 hubo 13 juzgados que no señalaron juicios y en 2015, 11. Trece y once órganos de 90 jueces, recuerda Páez. «¿Eso es significativo?», señala. La Semana Blanca que ahora termina se han celebrado más de 1.000 juicios y no seis, explica, como dijo Lara. En relación a los viernes, destaca el juez decano que sus compañeros «lo destinan a otros cometidos», sobre todo a atender profesionales y firmar.

En cuanto a los Juzgados de Violencia de Género, los 12 y 13, recuerda el decano que uno y otro han hecho en 2015 un total de 800 y 794 juicios, respectivamente, dictando 595 y 623 sentencias, es decir, sacando adelante mucho trabajo. Ahora, Penal 14 les ayudará, pero tras ser especializado nace con una sobrecarga de 500 asuntos y tardará un año en ponerse al día. Lara indicó que estos juzgados eran de los «menos laboriosos».

El juez decano se queja de que en el estudio se dejan fuera los juicios por delitos leves, los juicios rápidos por delito y otros que celebran los órganos de guardia, todos los días del año. «¿Cómo puede calificarse un informe cuyas principales consideraciones son las anteriores? Son desconocidas el número de vistas... no existen datos... simplemente porque no se han querido obtener. Al parecer no interesan, porque Instrucción celebra juicios todos los días del año», dijo.

El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) hizo una inspección tras el informe de los abogados y, en ella, además de quejarse de que no se les ha remitido el estudio, indica, en cuanto a los 15 juzgados civiles: «El examen de la carga de trabajo actual de estos órganos dificulta, por no decir, imposibilita que se realice un número mayor de señalamientos», y da datos: en 2014 entraron 22.439 juicios más 7.875 ejecuciones y se resolvieron la friolera de 24.246 juicios y 11.833 ejecuciones, es decir, «se resolvieron más asuntos de los que entraron». Entre 2012 y 2015, estos 15 jueces superaron muy ampliamente el indicador de resolución del consejo, es decir, el trabajo que tiene que resolver un juez: un 240%, 215%, 194% y 192%, además de que los tiempos de respuesta de estas oficinas, cuatro meses, es muy superior a lo que se tarda en España (5,2) y Andalucía (5,6).

El juez decano quiso agradecer el ofrecimiento de Lara para negociar, pero le instó a que se dirija «al Ministerio de Justicia y la Junta de Andalucía, ojalá consiga aumentar la planta judicial en Málaga, algo que reclamamos los jueces desde hace años, pues en 2015 no se ha creado ni un solo juzgado».