­Ni las perspectivas para 2016 ni el crecimiento experimentado en los últimos años. La huelga de limpieza, que por décimo día sigue coleando en Málaga, centró ayer las reflexiones de buena parte de la comitiva provincial y autonómica desplazada a Berlín para participar con actos de promoción en la feria ITB. Hoteleros y autoridades, entre ellos la presidenta de la Junta, Susana Díaz, coincidieron en mostrar su preocupación y en dar la voz de alarma, que va ganando en contundencia a medida que la falta de resolución coincide con una proximidad cada vez más inquietante con el inicio de la Semana Santa.

Según manifestó el presidente de Aehcos, José Carlos Escribano, la acumulación de basura, y su correspondiente reflejo mediático, han empezado ya a dejarse notar en el sector. Y, como podría esperarse, no precisamente con efectos leves e inocuos. De momento, y con el conflicto todavía candente, ha provocado un «frenazo tremendo» en las reservas hacia Málaga, que suelen deparar grandes beneficios para esta época. En un año en el que la tendencia marca, desde el inicio, un crecimiento respecto a 2015, las ventas se han estancado, dejando la ocupación para la segunda parte de las fiestas -la más concurrida- a siete puntos de la del pasado año -80 por 87 por ciento-. Además, el sector teme que a la ausencia de nuevas solicitudes se unan cancelaciones e, incluso, repliegues significativos en la política de contrataciones. En este sentido, lamentó que existan colectivos «que jueguen con los puestos de trabajo de otros colectivos». «Es impensable, increíble que se utilice el turismo como arma para llegar a acuerdos», agregó el representante de la patronal hotelera, quien incidió en que en el turismo del siglo XXI la buena imagen es muy importante y Málaga, debido a la huelga, «no la está dando».

Susana Díaz, que inauguró el expositor de la comunidad en la ITB, lamentó igualmente las consecuencias de la interrupción del servicio, que, en su opinión, está dando lugar a imágenes «lamentables». «Málaga tiene una principal industria que es el turismo y esa industria es la industria de la seguridad y la tranquilidad; una huelga es todo lo contrario», dijo.

La mandataria mostró su confianza en que la movilización no altere las previsiones turísticas, que apuntan, en sus primeros pronósticos, a un crecimiento en relación a 2015. Díaz instó al Ayuntamiento y al comité de Limasa a actuar con «entendimiento, generosidad y diálogo» y alcanzar un acuerdo que ponga fin a un a situación que está perjudicando, puntualizó, a los ciudadanos.

También mostró su estupefacción desde Berlín el presidente de la Diputación de Málaga, Elías Bendodo, que apuntó a la huelga como el único obstáculo que podría desviar a la ciudad de su objetivo -más que verosímil- de convertir la próxima Semana Santa en la más fructífera a nivel turístico de su historia. El responsable malagueño ofreció, además, los recursos del consorcio provincial para ayudar con la recogida en caso de que se decrete la alerta sanitaria. «No aceptamos chantajes de los trabajadores de Limasa», puntualizó.

Por otro lado, e igualmente desde Berlín, el edil de Turismo de Málaga, Julio Andrade, pidió a la Junta que apriete a la delegación en Málaga para que se cumplan los servicios mínimos. El concejal tampoco ocultó su temor a que la huelga afecte finalmente a las reservas. «Sería penoso por el esfuerzo de todos. Las negociaciones tienen que retomarse cuanto antes, porque no es solo lo que no se ha recogido, sino que después hay que recuperar la ciudad», reseñó.