Nada es fruto de la improvisación en La Farola, incluso el futbolín y la máquina de café cumplen una función y además primordial: «Es una idea basada en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, que dice que una de las cosas más importantes de una aceleradora de empresas es la máquina de café, porque se consigue hacer mucho networking y los chicos interactúan mucho», cuenta Javier Pérez Caro, mentor en marketing y ventas.

Tampoco la disposición de estos cerca de 800 metros cuadrados exentos, salvo una habitación cerrada, se debe al capricho del diseñador: estamos en una aceleradora de empresas gratuita en la que no se practica el coworking (empresas que comparten sede pero que trabajan en compartimentos estancos) sino el crowdworking: aparte de la sede en común, colaboración entre las empresas emergentes. «Todo el mundo está a disposición de todo el mundo, la filosofía es compartir, crecer y crecer todos», resume Juan Carlos Urbano, director de La Farola. «Esto no es gratis total, tú retornas el valor con el conocimiento», precisa Javier Pérez Caro.

Se trata de una iniciativa llamada Andalucía Open Future, inaugurada en noviembre del año pasado que nace del acuerdo entre Telefónica, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga. La sede de La Farola está en el módulo 5 de Tabacalera, con vistas al paseo marítimo, mientras en Sevilla hay otra aceleradora similar:El Cubo.

«El leitmotiv es crear empleo, crear economía y que todo quede en Andalucía», señala el director.

Alicia Oliva, coordinadora de La Farola, precisa que las empresas que quieran entrar en este espacio, además del requisito de que sean andaluzas, «tienen que venir con el proyecto mucho más sólido para que le ayudemos a traccionar». Si se trata de empresas en fase semilla, explica el director, su sitio son las incubadoras de empresas.

Los mentores

El empujón decisivo que La Farola supone para estas empresas emergentes está basado entre otros factores, además de en ese apoyo en común, en la labor primordial de los mentores de diferentes áreas, que les acompañan durante todo el proceso (8 meses máximo, con una reválida a los 4 meses, además de reuniones con puestas en común de todas las startups y la marcación de nuevos objetivos cada 15 días).

«Aquí el estrés es grande y la cercanía con nosotros también. La relación va más allá de la de un mentor. Tú eres parte de esta criatura y vienen días de muchas alegrías y días de lágrimas compartidas», confiesa Javier Pérez Cano.

Las empresas

De ese trabajo y crecimiento en común, la razón de ser de La Farola, dan buena prueba Claudia Imbers y Javier Arenas, de la plataforma malagueña de telepediatría iBabydoctor, que también cuenta con una cartilla de salud digital. «Hemos estado estudiando muchos tipos de plataformas de vídeo y al final un compañero nos dio la solución. Nosotros estamos a su vez ayudando a otro compañero con la página web. Esto es un Quid pro quo», cuenta Javier Arenas.

Sólo lleva cuatro días la empresa granadina Near, de mesas táctiles con una oferta novedosa para bares «y estamos aprendiendo muchas cosas que teníamos muy verdes», reconoce Ángel Velázquez, mientras su compañero Ángel Ramos señala que «estamos recibiendo mucha información, contactos y no paramos».

«Hemos crecido mucho como empresa aquí», subraya Maria del Carmen Pino, de la web Aloestudiante, especializada en pisos de estudiantes, que comenzó a funcionar en septiembre del año pasado.

Las empresas, por cierto, están distribuidas para que puedan ayudarse entre ellas con más facilidad.

Cerca de Aloestudiante se encuentra la mesa de Primer Plato, un directorio de restaurantes ordenado por las valoraciones de los usuarios. «Veníamos de una incubadora de empresas y estábamos como arrinconados, estamos a pocos metros de las otras empresas y los problemas que tiene uno lo tienen los demás. Estoy mucho más a gusto aquí», reconoce Samuel Musco.

En el caso de Alejandro Martín, fundador de Bidupp, una iniciativa relacionada con el taxi, la estancia en La Farola «ha ayudado mucho, sobre todo para hacer el último esfuerzo y arrancar porque llevábamos con esto desde 2012 y la ayuda de los mentores la tenemos todos los días en todos los sentidos: comercio eléctronico, SEO, marketing online y sobre todo los contactos».

Para Rocío Bueno, cofundadora de EasyStay, un sistema de gestión para usuarios de hoteles y el mismo hotel, el empuje para la empresa se aprecia en muchos aspectos. «La experiencia es muy buena, sobre todo por el asesoramiento que prestan y que nos hacen ver que no estamos solos: Cuando viene una gran cadena y tienes una reunión importante, el que haya una reunión previa en la que te digan, tira por aquí o por allí, te da tranquilidad». También los encuentros quincenales en común con todas las empresas suponen ayuda: «Vemos cómo cada empresa intentar aportar a la otra su granito de arena».

Por último, Christian Orejuelo, de la empresa malagueña de mensajería exprés (una hora máximo) Happy Box, también hace un balance positivo. «Todo el mundo se apoya y por supuesto los mentores también ayudan. Hemos notado que estamos incrementando las ventas y que teníamos previsto la expansión después del verano a Madrid y Barcelona y probablemente lo hagamos antes del verano».

Esta semana, La Farola anunciará una nueva convocatoria para que más empresas emergentes andaluzas reciban el acelerón que necesitan.