La guerra fría a la que han recurrido los distintos partidos con opciones de formar gobierno, junto con sus actuaciones, de carácter más directo, en el hemiciclo, no parecen haber dejado indiferentes a los electores de Málaga, que, en la encuesta de Mestroscopia, señalan abiertamente a los líderes de los principales grupos políticos. Y, además, no precisamente para elogiar su trabajo, que, lejos de obtener la aprobación de los encuestados, ha ahondado en el descrédito que persigue en todos los avances demoscópicos a muchas de las candidaturas.

De los cinco cabezas de lista más votados el pasado 20D, únicamente Albert Rivera y Alberto Garzón concitan las simpatías de los malagueños. El resto suspende, con una caída en desgracia que tiene como principal perjudicado a Pablo Iglesias. El líder de Podemos ha pasado de héroe a villano en la catalogación que hacen los votantes, que lo consideran ya por debajo, incluso, del propio Mariano Rajoy. El presidente, por su parte, no remonta, mientras que Pedro Sánchez, aunque con nota negativa, hace de frontera, situándose en medio de los dos más valorados y los dos que actualmente disponen de menos credibilidad entre los ciudadanos de la provincia.

El estudio de Metroscopia se hace eco también de la escasa confianza que suscitan los líderes andaluces. Un año después de las elecciones autonómicas, ninguno de los candidatos consigue superar el envite del sondeo con nota positiva. En este caso, la cabeza de lista de Podemos, es también la que menos gusta en Málaga, aunque muy cerca del líder del PP, Juanma Moreno Bonilla, que no convence a sus paisanos. El que mejor cualificación consigue es Antonio Maíllo, de IU, si bien al igual que Susana Díaz, sin llegar al aprobado.