El exalcalde de Marbella Julián Muñoz está atravesando un calvario carcelario en el que no ve salida alguna. Eso, al menos, es lo que explica su abogado, Antonio José García Cabrera, quien informó a La Opinión de Málaga de que el exregidor sufrió una importante bajada de tensión el pasado miércoles mientras estaba en el patio del presidio y se desvaneció.

«Perdió el sentido temporal y espacial y tuvo que ser llevado a la enfermería del centro, donde permaneció dos horas, siendo sometido a todo tipo de pruebas para comprobar su estado», precisó el letrado, quien añadió que ni siquiera sabía dónde se encontraba.

El jurista asegura que la situación de su cliente ha empeorado. «Yo mismo lo he visto. Cuando salió de permiso llegó mejor el lunes. Aquí no hay engaño alguno ni él finge nada», aclaró.

García Cabrera insistió en que no entiende por qué las instancias judiciales no le conceden ya la libertad condicional o el tercer grado, el segundo extremo decretado por la Audiencia Provincial hace unas semanas al entender que Muñoz sufre una enfermedad grave e incurable que podría evolucionar negativamente de seguir el expolítico del GIL entre rejas.

«Si la cárcel y la Fiscalía apoyan la libertad condicional y el juez de Vigilancia Penitenciaria el tercer grado, ¿por qué no lo dejan salir ya? No es lógico ni humano», reflexionó el letrado.

Lo cierto es que el abogado que ha logrado el tercer grado para el exregidor, y que también ha conseguido que empiece ya a disfrutar de los beneficios penitenciarios tales como salir de permiso periódicamente, asegura que van a seguir haciendo uso de los recursos que les permite la ley para acabar con una situación tan compleja como la que atraviesa su cliente.

El exalcalde está desesperado y sólo espera que su situación se resuelva ya. Pese a ello, continúa siendo trasladado cuando le toca a la Ciudad de la Justicia para asistir al rosario interminable de juicios por convenios urbanísticos irregulares que él, ha dicho en alguna ocasión, firmaba incluso sobre los capós de los coches bajo las órdenes del entonces alcalde, el fallecido Jesús Gil.