La comisión del Congreso se lo ha insinuado clarito: o registrador o diputado. Y ha elegido. Seguirá, eso sí, con el cometido que más le llena e ilusiona: alcalde de Estepona.

Quienes siguen la política están familiarizados con el vicio de la exaltación. En el caso de José María García Urbano, alcalde de Estepona, el peso de su currículum habló por sí solo. Notario, abogado del Estado y registrador de la propiedad. En definitiva, una plana de méritos que le sirvió para granjearse el apoyo de la dirección regional del PP y ser el elegido para encabezar la lista de los populares por Málaga en detrimento de Celia Villalobos, relegada al segundo puesto. El fichaje de García Urbano fue la apuesta personal del presidente del PP, Juanma Moreno, respaldada de lleno por su último responsable del partido en Málaga, Elías Bendodo, y que ahora se ha deshilachado después de que García Urbano hiciera ayer oficial su renuncia al Congreso para poder seguir de alcalde en Estepona y ejercer la actividad profesional privada.

En suma, una inmersión en la política nacional que ha durado tan solo cuatro meses y a la que ayer se le puso fin a través de un comunicado oficial que emitió el PP andaluz, y en el que García Urbano aludió a su compromiso con Estepona como motivo principal para renunciar a su escaño. «Quiero dedicar el cien por cien de mis esfuerzos al Ayuntamiento de Estepona, donde hemos realizado una ingente labor para dar la vuelta a la desastrosa situación en que nos lo encontramos, tras las etapas del GIL y del PSOE», explicó en este sentido. Una decisión que estaría consensuada con el propio Moreno y que responde también en cierta medida a la necesidad de cumplir con el criterio marcado por la dirección regional del partido que impide ocupar dos cargos al mismo tiempo. «Una persona, un cargo» ha sido el lema propagado por la dirección regional desde que Moreno asumiera las responsabilidades del partido en Andalucía. «El criterio es firme por parte de la dirección regional. Una persona, un cargo. Yo siempre he dicho que mi prioridad es Estepona», manifestó Urbano en declaraciones a este periódico.

Después de su corta experiencia en primera línea, a pesar de todo, Urbano aseguró que «ha sido una experiencia muy buena y positiva» y resaltó el hecho de haber formado parte de un «momento histórico». Rebatió asimismo la tesis de no haber visto cumplida sus expectativas al no formarse ningún Gobierno y sentenció que sus cuatro meses como diputado en el Congreso han sido algo «único» e «irrepetible». Ante el probable escenario de unas nuevas elecciones, el PP de Málaga se debate ahora en cómo cubrir la plaza vacante que deja García Urbano. Quien fuera relegada al número dos en su lugar, la ahora vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos, ya se perfiló el pasado miércoles al asegurar que le gustaría encabezar una hipotética candidatura por Málaga.

Un deseo, sin embargo, que podría chocar de lleno con la estrategia de la cúpula regional del partido y del propio Bendodo. Si la determinación de relegar a Villalobos en la lista respondía, precisamente, a una intención de aportar aire fresco al partido y de renovar las listas con nuevas caras, posicionar ahora a Villalobos como número uno se podría interpretar como un paso atrás.

En todo caso, aunque en el seno del partido se está ya considerando al candidato idóneo y las ambiciones se hayan desatado, la secretaria general del PP, Margarita del Cid, aseguró ayer que se trataría de una decisión ampliamente compartida por el comité electoral del partido, pero que todavía no se ha abordado a la espera de saber si realmente se disuelve el Congreso y se produce una repetición de las elecciones.