Con el tiempo, el gordo de la Victoria se ha convertido en uno de los símbolos de identidad de la ciudad. Este logo cervecero nació con la propia marca en 1928. El fundador de la fábrica, Luis Franquelo Carrasco, viajó a Alemania y allí encontró la inspiración para su cerveza Victoria.

El gordo no es malagueño, es la imagen de un alemán de pelo escaso, con sus ojos azules y melena rubia. Luis Franquelo comunicó la idea que tenía en mente a la agencia Publicidad Diana y allí se plasmó el conocido dibujo. De inspiración germana, se ha convertido en una de las imágenes que ponen de acuerdo a todo el mundo y que no generan diversidad de opiniones entre los malagueños. En los inicios, es uno de los grandes orgullos de la fábrica junto a unas instalaciones vanguardistas para su época. El corazón de todo era la máquina a vapor que movía toda la transmisión aérea de la carpintería.

Por esta razón se puso el ingenio en una caseta con grandes ventanales abiertos al patio que conformaba la antesala del núcleo de la barrilería, superponiéndose su acompasado y rítmico movimiento con los sonidos de las sierras, labradoras, cepilladoras y demás máquinas, enlazadas a la larga transmisión mecánica.

Sobresalía el sonoro martilleo de mazos. En la nueva fábrica, esta máquina de vapor se cambiaría por compresores frigoríficos, evaporadores y vapor sobrecalentado para los procesos térmicos.