El Plan Riesgo de Inundabilidad del Guadalhorce se encuentra en una situación de parálisis por la convocatoria de las elecciones del 26J. El Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía están pendientes de una reunión con el Ministerio de Medio Ambiente para cerrar un calendario que asegure la ejecución, antes de 2021, de las obras necesarias para evitar inundaciones.

La convocatoria de elecciones ha dejado a estas administraciones a la espera de esa fecha para la reunión a tres bandas. Ese encuentro es clave para poner en marcha la aplicación del plan, ya que se quiere concretar un calendario cerrado con fechas para presentar los proyectos básicos y de ejecución de las actuaciones previstas.

La idea, planteada por el Ayuntamiento y apoyada por la Junta de Andalucía, busca facilitar una hoja de ruta que asegure un seguimiento de cada obra y el cumplimiento de los plazos. La reunión, que se celebraría con responsables de las tres administraciones, analizaría el plan de trabajo y pondría las fechas.

«Nuestra intención es saber quién va a qué y cuándo», apuntó el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, quien destacó que lo importante es tener una planificación para hacer el seguimiento y que «se hagan las obras». «Una vez que hemos tenido que aceptar el Plan, aunque no estemos de acuerdo con sus resultados, lo que queremos es que se ejecute porque son obras buenas para Málaga», insistió Pomares.

El Plan de Riesgos de Inundaciones del Guadalhorce alerta sobre el peligro que tienen amplias zonas situadas junto al cauce del río, por lo que paraliza el desarrollo urbanístico de los terrenos de uso industrial y comercial previstos. A cambio, exige una serie de medidas correctoras para levantar estas limitaciones, que pasan por cambiar el puente sobre el río por el que discurre la MA-21 y que no tiene suficiente altura para permitir el paso de grandes cantidades de agua. Precisamente este proyecto está pendiente de un estudio que el Ministerio de Medio Ambiente se comprometió a encargar a Cemosa para que analizara las opciones.

Otra de las actuaciones exigidas es la mejora del cauce del Guadalhorce, para darle más capacidad para acoger grandes caudales. Además de diversas actuaciones para regular los arroyos que aportan agua al Guadalhorce y rebajar la presión sobre el río.

El origen de estas medidas está en un cambio de legislación que endurece las medidas preventivas en cauces urbanos, exigiendo que se adapten las obras a avenidas máximas en un periodo de 500 años de retorno y no de 200 años, como hasta ahora. Esto significa que se aumente el nivel de capacidad hasta que puedan recibir el mayor nivel de agua posible en un periodo de 500 años.

Complemento. El Ayuntamiento de Málaga tiene en marcha, de forma complementaria a este plan de actuaciones en el Guadalhorce, la elaboración de un Plan Director de Inundabilidad en la margen derecha del Guadalmedina, estudiando los 250 kilómetros de redes que hay en los barrios de la zona Oeste de la ciudad.

Este plan, que está al 50% de su redacción, propondrá las actuaciones necesarias para reducir el riesgo de inundaciones en la ciudad. Serán muchas microactuaciones que mejoren la seguridad de estos barrios y reduzcan la excesiva acumulación de agua.

El concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, explicó que este plan establecerá una lista de infraestructuras necesarias en saneamiento y drenaje que garanticen la defensa contra las inundaciones. También deberán definir las obras que permitan captar las escorrentías superficiales y su conexión a los aliviaderos de pluviales.

Una red de saneamiento compartida. Uno de los retos de la ciudad es separar la red de saneamiento de la pluvial, para reducir así el riesgo de inundaciones y evitar vertidos al mar. La mitad de los 1.800 kilómetros de galerías están compartidos, un porcentaje muy bajo respecto a otras ciudades, pero que ocasiona problemas en momento de fuertes trombas de lluvia, colapsando el desagüe de la lluvia.