La creciente apuesta por el autoempleo tiene su reflejo en el aumento del número autónomos que viene experimentado Málaga en los últimos años y que le ha servido para superar los niveles previos a la crisis y moverse en cifras récord. Actualmente hay 107.812 personas de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), con un incremento de cerca de 10.000 cotizantes desde inicios de 2014. El hecho de que muchos desempleados sigan optando por capitalizar el paro en un pago único para montar un negocio como autónomos ante la falta de perspectivas laborales es una de las claves del repunte, afirman diferentes colectivos. Según los datos del Servicio Público Estatal de Empleo (SEPE), cerca de 1.900 desempleados, a un ritmo de casi 160 al mes, cursaron en Málaga la solicitud en 2015, una cifra cercana a los máximos que se registraron en ejercicios anteriores y que sigue demostrando el interés por esta modalidad. Entre enero y mayo de 2016, el SEPE ha recibido otras 600 peticiones.

Los datos acumulados reflejan que más de 16.800 desempleados en Málaga han solicitado la capitalización del desempleo desde 2008, cuando empezó la crisis, para darse de alta como autónomo (la opción mayoritaria, nueve de cada diez casos) o para formar parte de una cooperativa o de una sociedad laboral. Casi el 85% de los solicitantes vieron atendida su petición. En los casos restantes fue denegada, bien porque el solicitante no cumplía los requisitos, porque no le quedaba suficiente prestación por cobrar o porque el negocio en cuestión ya estaba en marcha cuando pidió el pago único (un error muy frecuente de los solicitantes, según el SEPE).

Desde septiembre de 2015, la reforma de la ley de Fomento del Trabajo autónomo y de la Economía Social reconoce además a todos los parados la posibilidad de capitalizar el 100% de la prestación. Hasta entonces, ese 100% había estado reservado a jóvenes y el resto sólo podía acceder al 60%.

La prestación se puede usar de tres formas: capitalizando el 100% en un único pago, capitalizando sólo una parte y usando el resto para el abono de cuotas a la Seguridad Social, o bien destinando el total de la prestación al abono de las cuotas.